Pluris: ¿quien gana y quien pierde?

"Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia"

Paul Auster, Novelista y poeta estadounidense

 

En lo personal creo que todos perdemos, pero esa parte la dejaré al final; por lo pronto vale la pena recapitular que el Tribunal federal Electoral le quitó dos legislaturas locales al sur del estado en las figuras de la lista que ya tenían en la bolsa el PRD, a través del doctor Raymundo Mora Aguilera y otra más para el PT que ya tenía María Alma Ortiz Olavide.

Al primero lo conocemos muy bien como un fuerte y crítico elemento del PRD que además es nada menos que el presidente del Consejo Estatal del partido, mientras que a la segunda la recordamos como regidora de ese partido en el Cabildo que encabezó el ya fallecido Sergio Carrillo Estrada, quien fuera hermano del actual alcalde electo de Altamira. En lugar de estos dos personajes entrarán dos elementos propuestos por el Partido Acción Nacional, cuya dirigencia se sintió lastimada y engañada por el sistema y sus alianzas. Los elegidos son el victorense Manglio Murillo Sánchez (quien fuera parte del comité que encabezó el ya fallecido Alejandro Sáenz) y el reynosense Leonel Cantú Robles (ex presidente de la Canaco de Reynosa y ex secretario de Desarrollo Económico en el Ayuntamiento 2005-07 del mismo municipio).

Y aquí viene lo interesante de lo que entrelíneas se conoce como los ganadores y los perdedores de esta decisión del Tribunal: El primer gran ganador es el PRI de Tamaulipas  y por ende el presidente estatal Ricardo Gamundi Rosas a quien le hicieron los mandados todas las críticas que la oposición le hizo y ni las malas caras que en el Congreso le puso de silla a silla Jorge Díaz Casillas lo despeinaron. El PRI se queda igual, con todas sus curules de votación directa y sus plurinominales, con lo que respiran varios, entre ellos Antonio Martínez Torres. (algunos dicen que en el fondo, Gamundi hubiera querido que perdieran esa).

Otro gran ganador es el presidente estatal del PAN, Francisco Javier Garza de Coss, quien peleó con todo por obtener este resultado y le funcionó muy bien, tanto, que incluso hasta ganó algunos bonos, representados en regidurías en los municipios de Ciudad Madero, Reynosa, Nuevo Laredo y Victoria. En el caso particular de Madero, quien gana es Javier Morado, antiguo militante a cuyo hijo, de nombre Homar Morado Gámez se le adelantó la Navidad.

Otro gran triunfador es Francisco Javier García Cabeza de Vaca, el director nacional de la Comisión Reguladora de la Tenencia de la Tierra (que por cierto ya se llevó a una de sus direcciones al ex diputado federal tampiqueño Luis Alonso Mejía) porque Cabeza de Vaca fue quien propuso a Manglio y Cantú para estos cargos, es decir, son de su grupo cercano.

Otro que gana es el presidente estatal del PRD, Jorge Mario Sosa Pohl. pero, ¿cómo?, ¡si el PRD perdió una diputación!...pues sí, pero Sosa gana, porque Raymundo Mora es su acérrimo enemigo mortal, y cuánto apuesta, que al rato alguien va a declarar que el dirigente del PRD se alió con el sistema para sacar a Mora de la jugada...ya verá.

Y si a alguien se le puede colocar hasta arriba en la lista de perdedores (además de los que ya la tenían en la bolsa) pues es al ex candidato del Partido del Trabajo a la gubernatura del estado, Armando Vera García, quien ya creía que tendría una fuerte influencia en el Congreso del Estado a través de su aliada que ayer, se quedó sin posibilidad alguna de entrar a la próxima legislatura estatal, por lo que de muy poco le sirvieron a Vera sus "amarres" y amistades con el poder.

Pero como le decía al inicio de este espacio, a mí me parece (a pesar de tantos presuntos ganadores) que todos perdemos. Y es así porque finalmente los plurinominales realmente muy poco o nada pueden aportar en los hechos a las legislaturas federal y estatal y en resumen sólo son cuotas de partido y cotos de poder que maman del erario una gran cantidad de recursos que todos pagamos. Ni pueden con las mayorías, ni trascienden como legisladores ¡ah! eso sí: son un buen trampolín político para futuros cargos públicos. ¿o no?

 

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