El Cronista olvidado
La Historia es cuestión de supervivencia. Si no tuviéramos pasado estaríamos desprovistos de la impresión que define a nuestro ser.
Robert Burns, poeta escocés.
Resulta muy duro plantearlo así; sin embargo ayer falleció el Cronista Vitalicio de Tampico en el olvido. Claro que en su despedida hubo muchos de sus amigos, pero quien se supone que debería estar, es decir nuestras autoridades, no estaban.
¿Quién era Carlos González Salas?, pues es una pregunta que cada tampiqueño podría responder desde sus diferentes perspectivas; desde el ámbito cultural, en donde trascendió a niveles altísimos a grado tal de dejar un legado de más de 80 obras literarias, muchas de ellas resaltando la historia de Tampico y de Tamaulipas y un número indeterminado de colaboraciones en periódicos y revistas de todo el país, entre los que se incluye al periódico La Razón de Tampico; en el ámbito de la investigación cultural, aquella a la que entregó buena parte de su vida como catedrático e investigador acreditado y reconocido por la Universidad Autónoma de Tamaulipas; o en el ámbito religioso, ya que era también un sacerdote ordenado y muy cercano a la Iglesia.
A sus 89 años de edad, Carlos González salas tuvo su última aparición en público en abril del 2009 en un encuentro de cronistas organizado por la direcció´n de Cultura del Ayuntamiento de Tampico. Ahí compartió la mesa junto a la Cronista de Madero, Carolina Infante, al Cronista de Altamira, el ex alcalde Reynaldo castillo Portes y también junto al Cronista adjunto de Tampico, Marco Antonio Flores.
Recuerdo que en el 2006, me tocó participar de una investigación periodística junto a mi entonces compañero, Josúe Picazo, en la que determinamos que las autoridades del Poder Judicial habían metido las cuatro al tirar a la basura los primeros periódicos impresos de Tamaulipas.
En este caso participaron tanto Carlos González Salas como Marco Antonio Flores, quienes se dieron a la tarea de rescatar del basurero municipal los documentos históricos para preservarlos en una memoria magnética.
El 11 de Junio del 2006 escribí; Termómetro Político es el nombre del invaluable documento histórico que se erige como el periódico más antiguo de Tamaulipas, y que data del mes de agosto de 1824. Estaba ahí...entre los desechos del basurero municipal. Esto sólo revela el completo desinterés de nuestras autoridades por promover los espacios culturales y el rescate de nuestra historia.
El hecho de que los cronistas de Tampico Carlos González Salas y Marco Antonio Flores se hayan dado a la tarea de rescatar de la basura y exaltar la memoria periodística de nuestra ciudad con la aplicación de nueva tecnología hasta la digitalización, deja mucho en que pensar. Entonces, ¿para qué queremos gobiernos si no son capaces de aprender de nuestra historia?, ¿si ni siquiera se interesan por ella?.
En el año de 1976 Carlos González Salas se convirtió en Cronista de Tampico, pero desde hace algunos años, su figura cansada y escuálida lo hicieron recluirse en su domicilio, desde donde seguía trabajando hasta donde sus fuerzas le daban. Pocos, muy pocos accedían hasta su morada y desafortunadamente no se le reconoció lo suficiente en vida.
Ojalá que éste sirva de ejemplo para que las autoridades que suelen olvidarse d elos temas y los personajes culturales, por el simple hecho de que sí les dicen sus verdades, volteen a los baluartes que aún tenemos por ahí en nuestro estado y los integren a colaborar, a ser parte de las soluciones que cada vez más necesitamos ante el crucigrama social que tenemos enfrente.
Lo dije hace cuatro años, y hoy estamos peor que entonces; si no nos preocupamos por nuestra la historia, ésta se diluirá entre la tecnología cada vez más avanzada, condenando a nuestra identidad al olvido. Descanse en paz.
mariogamez@live.com.mx
http://mariogamez.blogia.com
0 comentarios