Desprecio electoral

"No se debe usar el desprecio sino con una gran economía, debido al número de necesitados"

René de Chateaubriand, Escritor francés

 

La muerte del doctor Torre sin lugar a dudas, como lo afirma el gobernador Eugenio Hernández Flores, tuvo mucho que ver para que el abstencionismo fuera el gran ganador en las elecciones del domingo, pero no fue el único factor, pues además de la violencia, también hubo una gran cantidad de gente que no acudió a votar por los efectos del huracán "Alex" y por otro gran motivo: el cochinero en el que se encontraban ya muchos políticos del país.

Para nadie es un secreto que las principales encuestas ciudadanas ubican a los políticos como una clase despreciable y desprestigiada, lo que resultó más que evidente en la contienda que acaba de terminar, en donde se vio la mano ¿garra? de algunos gobernadores metiendo mano en los procesos, grabaciones ilícitas y muchos tipos más de bajezas que se suelen dar en nuestro sistema político-electoral.

Apenas el 24 de junio pasado escribí justamente que la ganadora de esta contienda sería la indiferencia ciudadana que ya está hasta la coronilla del lodo en el que se desenvuelven muchos de los actores que protagonizaron este drama llamado 4 de julio. Un drama que en Tamaulipas se convirtió en tragedia con el homicidio de dos de sus candidatos del PRI y del PAN. 

Pero además de la tragedia, los partidos políticos del estado deberán cargar con un buen morral hasta el tope de garrafales errores, que los hicieron perder en muchos de los casos.

Ahí está Ricardo Gamundi que ahora debe vivir con la equivocación de haber nombrado a candidatos que no le garantizarían el triunfo y que francamente cae en el absurdo de la ambición, al impugnar todo lo que pueda impugnar, cuando el PRI es el gran triunfador de la elección.

Ahí está Francisco Javier Garza de Coss que permitió que el intervencionismo (por no llamarle dedazo) manchara la lista entera de candidatos a todos los cargos de elección popular en el estado. Los triunfos que obtuvo el PAN se debieron a una gran cantidad de factores...menos a su dirigente.

Ahí está Jorge Mario Sosa Pohl, al que sólo le faltó ponerse los guantes, subirse al ring y pelearse consigo mismo (aunque todavía tiene tiempo de un buen round de sombra), porque no dejó títere con cabeza en sus constantes pleitos con personajes de todo el estado, que obviamente terminaron por hacer añicos lo que aún quedaba del partido del sol azteca en Tamaulipas.

En resumen los dirigentes de los partidos se equivocaron, plantearon un escenario tamaulipeco muy distinto a la realidad del hartazgo de la gente que sufre todos los días su propio drama para sobrevivir sin trabajo, con calles enlodadas, con la delincuencia a la vuelta de la esquina y el crimen organizado metido hasta el tuétano de todo y de todos.

Ensoberbecidos por el poder o por la posibilidad de alcanzarlo, no fueron capaces nuestros políticos de leer nuestras tragedias cotidianas, de ir al fondo de nuestros más urgentes problemas y proponer soluciones reales. Estaban más preocupados por pelearse entre sí y con los de enfrente, por cuidar su "imagen" y la percepción que había (entre los propios políticos) de ellos mismos y se olvidaron de la esencia del político: el servicio.

Fueron muy contados los que tomaron el dinero de sus campañas para arreglar una calle, poner una lámpara de alumbrado público, proteger a los desamparados u ofrecerles gestoría para darles trabajo, afortunadamente aún quedan en el estado un par de "garbanzos de a libra" en el PRI y en el PAN que hacen pensar en que hay la esperanza de un mejor futuro; el problema es que son los menos.

LA LECCION DE LA MAESTRA

Magdalena Peraza Guerra no sólo será la primera mujer que gobierne Tampico en sus 185 años de historia, sino que también ha logrado convencer a quien toma las decisiones en el PRI de que se equivocaron al no designarla candidata. Con hechos ha callado a muchos que hablaron en su contra y mucho más allá de eso, se perfila para regresar al Congreso a terminar su gestión como legisladora, y después a encabezar un gobierno municipal con los pies en la tierra; lo demás, es lo menos.

 

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