No tenemos memoria

"Los actos contra la naturaleza engendran disturbios contra la naturaleza"

William Shakespeare, Escritor británico

 

La lección que parece haber dejado tras de sí el huracán "Alex" en el noreste del país no es para nada una novedad, pues ha habido muchos avisos de la naturaleza que hemos ignorado olímpicamente a lo largo de los años y que nuevamente nos ponen en la disyuntiva de preferir la corrupción, o la vida humana.

Para muestra basta un botón; en el área metropolitana de Monterrey, decenas de empresas constructoras en complicidad con las autoridades que lo permitieron construyeron costosos fraccionamientos en donde ahora miles de regiomontanos deberán empezar de cero, pues evidentemente la autoridad competente debería hacer una reubicación de todas estas familias que simplemente invadieron el cauce de los ríos.

Un caso similar al que ocurrió en muchas de las comunidades agrarias del centro y norte de Tamaulipas, en donde los lugareños se acostumbraron a que por años sólo había un "arroyo" y de repente la crecida fue tal que arrasó con las viviendas que habían construido, con sus granjas, animales y lo más lamentable, con vidas humanas que jamás deben perderse de manera tan absurda como con un huracán. Si un movimiento telúrico azota determinada zona, aún es comprensible la tragedia, pero con un huracán, las autoridades tienen días para evitar la absurda pérdida de vidas humanas con la llegada de estos fenómenos hidrometeorológicos.

Es aquí en donde resulta indispensable que el plan Nacional de Infraestructura, ataque de inmediato las soluciones que ya se tienen para evitar grandes inundaciones por huracanes o por inundaciones, como ocurre en el sur de Tamaulipas, en donde el proyecto Tamesí, con un valor superior a los 5 mil millones de pesos, podría evitar que cientos de miles de habitantes de Tampico, Madero y Altamira se queden bajo el agua como ya ha ocurrido con los ciclones "Inés" e "Hilda" en 1933 y 1955, respectivamente y que dejaron una estela de miles de muertes y la destrucción casi total de la ciudad.

Un proyecto de esta magnitud debe iniciarse a la de ya, pues llevaría de cinco a seis años su construcción y es evidente, de acuerdo a lo que han dicho los expertos que la problemática del cambio climático ha venido causando este tipo de fenómenos naturales que atentan contra nuestras vidas.

Quizás sea el momento oportuno para que el gobierno federal vuelva sus ojos a la desgracia de quienes han perdido todo, algunos hasta la vida para que sean las acciones las que hablen y a partir del próximo año se pueda hecer realidad el inicio de este y otros proyectos que son indispensables para evitar la catástrofe.

EL PERFIL DE EGIDIO

He leído con atención las palabras de nuestro gobernador electo, Egidio Torre Cantú en la entrevista que en exclusiva ofreció a este medio y encuentro a un hombre centrado y perfectamente enterado en la problemática del estado, sencillo y noble como su hermano Rodolfo, que además cree firmemente en perpetuar su proyecto para un mejor estado. Ojalá que los intereses encontrados que luego suelen aparecer para deshacer las buenas intenciones, no obstruyan lo que al parecer va tan bien encaminado como lo es la nueva administración estatal que nos regirá por los próximos seis años. Desde aquí nuestro reconocimiento y buenos deseos al ingeniero Torre por la nueva encomienda.

 

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