Un diputado para gobernador
"Una cosa es continuar la historia y otra repetirla"
Jacinto Benavente, escritor español
Trabajando para Televisa Chihuahua realicé la cobertura informativa en la capital de aquel estado de las elecciones federales del 5 de julio pasado, en donde el Partido Revolucionario Institucional barrió con prácticamente todas las diputaciones federales excepto una sola en Ciudad Juárez que fue para el PAN.
Quizá el caso de Chihuahua sea excepcional por ser la entidad más grande del país, con 67 municipios y una polarización de desarrollo en sólo dos de ellos: Ciudad Juárez y Chihuahua capital, y aunque hay ciertas similitudes con Tamaulipas, en donde claramente hay un mejor dominio político por parte del gobernador Eugenio Hernández Flores, aunque hay también un actor panista con un negro pasado, como Francisco Javier García Cabeza de Vaca, que pudiera asemejarse con el caso de un panista chihuahuense.
En la capital de Chihuahua los candidatos del PRI en el 2009 por los dos distritos, Maurilio Ochoa Millán y Alejandro Cano Ricaud, ganaron con facilidad a un Partido Acción Nacional severamente golpeado por la crisis económica que afectó al presidente Felipe Calderón y a sus coreligionarios partidistas. Aún en Chihuahua, que es uno de los principales bastiones de Acción Nacional, pues ahí nació ese partido con Manuel Gómez Morín como padre y con seguidores que aún hay de aquellos años como don Luis H. Álvarez y algunos de sus aprendices, como la diputada federal Josefina Vázquez Mota, o el entonces presidente del Senado de la república, Gustavo Madero, nieto del ex presidente Francisco I. Madero.
En esa elección del 2009, el PAN se equivocó al enviar a un ex alcalde a la candidatura pero con un pasado oscuro, que lo llevó a la cárcel, apenas fue designado candidato, el ex presidente municipal de la capital Juan Blanco Saldívar, a quien se acusó de un millonario desvío de recursos, lo que lo mantuvo en la cárcel una semana entera en pleno proceso.
A pesar de poder salir con una fianza que no superaba los doce mil pesos, Blanco prefirió quedarse en prisión, hacerse la "víctima del sistema priista" y apostar a que los electores votaran por él, pero no fue así. el panista perdió la contienda y los priistas festejaron en grande esa misma noche el arrollador triunfo de su partido.
Estuve presente cuando el dirigente estatal del PRI, Marco Adán Quezada alzó la mano de sus candidatos de todo el estado, declarando el triunfo. Al final de esa reunión saludé al entonces presidente de la Cámara de Diputados en el país, César Duarte Jaques, a quien dije al oído "Felicidades señor gobernador"; pues se vaticinaba ya desde entonces, que Duarte era el "tapado" y que ni el delfín del gobernador José Reyes Baeza, su secretario de fomento social, Oscar Villalobos, ni el entonces diputado federal electo Héctor "Teto" Murguía, que eran sus dos más cercanos competidores, podrían ofrecer la unidad del partido que se requiere para lanzar un candidato a la gubernatura.
Duarte me sonrió y estrechando mi hombro me dijo "Ya merito, ya merito".
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