¿Gobernador sureño?
“Lo que se hace con precipitación nunca se hace bien;
obrar siempre con tranquilidad y calma”
San Francisco de Sales, Obispo francés
No ocurre esto desde hace varias décadas en Tamaulipas, pero además, está claro que en la agenda del diputado federal Javier Gil Ortiz no está la grilla, los amarres políticos, ni mucho menos las patadas por debajo de la mesa que sí están dando algunos de los aspirantes a la gubernatura del estado. Y la razón es muy sencilla: no tiene tiempo.
Como presidente de la Comisión de Transporte e Infraestructura, la segunda más importante en la cámara baja, el legislador ha encabezado en poco menos de dos meses reuniones de trabajo con 9 gobernadores de todo el país y con algunos de ellos más de dos veces.
Javier ha escuchado las propuestas que llevan los mandatarios estatales para sus estados y le toca decidir el rumbo de las participaciones en ese rubro. Hasta ahora ha hablado con los gobernadores de Durango, Ismael Hernández Deras; Colima, Mario Anguiano Moreno; Aguascalientes Luis Armando Reynoso Femant; Tabasco, Andrés Granier Melo; Jalisco, Emilio González Márquez; Baja California, Eugenio Elorduy Walther; Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo; Hidalgo Miguel Ángel Osorio Chong y claro está con el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores.
A través de una entrevista que ofreció Javier Gil para el periodista Marco Esquivel, explicaba los mecanismos que se siguen para la asignación de los recursos públicos, que en el 2010 podrían significar más de dos mil cien millones de pesos para infraestructura carretera Tamaulipas, lo que se traduciría (de aprobarse en el pleno) el mayor presupuesto para este rubro en la historia del estado.
Dice Javier Gil que esto puede concretarse porque ha sido Tamaulipas el estado que mejor ha presentado sus proyectos carreteros en relación con el resto de las entidades de la república.
De concretarse este proyecto, el 2010 será el año en que haya las obras de infraestructura carretera de mayor inversión y que se concreten proyectos tan importantes como la autopista Altamira-Nuevo Progreso, que va poder reducir los tiempos del sur a la frontera, o como las obras para terminar añejos rezagos, como la entrada digna y un viaducto para Reynosa.
Sabe muy bien Javier Gil del antiguo reclamo de las devastadas carreteras del norte de Veracruz, por lo que no podría descartarse también que en su negociación con los diferentes estados del país, esto se pueda gestionar.
Será el diputado federal quien pasará de convertir un presupuesto de 39 mil millones de pesos asignado por parte de la federación para este rubro, hasta los 50 mil millones de peso, sustentados en un solo concepto: el desarrollo.
Con todo este trabajo a cuestas y con la entrega, lealtad y prudencia que lo caracterizan, es difícil creer que este legislador pueda tener tiempo de meterse en la búsqueda de la gubernatura del estado, una posibilidad que sería imposible descartar en este momento y que regresaría a la zona conurbada la esperanza de tener un gobernador sureño.
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