Prevenir la tragedia
“¿Qué puede haber imprevisto para el que nada ha previsto”
Paul Ambroise Valéry, escritor francés
El hecho de que un funcionario estatal reconozca que el 30 por ciento de la población del sur de Tamaulipas está en grave riesgo de inundaciones, habla de la impotencia de una autoridad con las manos atadas, de la desesperación de quien está imposibilitado para evitar una eventual tragedia, pero también de una inercia que nada tiene que ver con la falta de recursos económicos.
Me refiero a las declaraciones del secretario de Obras Públicas y Desarrollo Urbano del gobierno del estado, el tampiqueño Alberto Berlanga Bolado, quien aseveró que los recortes presupuestales afectarán el proyecto de construcción de drenes pluviales en la zona conurbada y con ello se retrasarán aún más las obras en cuestión.
Nadie cuestiona que es justamente la administración de Eugenio Hernández Flores quien ha tomado el toro por los cuernos de la gravísima problemática de las inundaciones en esta zona, pero muy poco se ha hablado de lo que ha provocado este problema.
Por ejemplo la voracidad de algunas constructoras que han edificado fraccionamientos nuevos sobre pasos naturales de agua o los intereses que detrás de cada obra y acción de gobierno suelen ensombrecer estas buenas acciones.
Tal es el caso de la Ampliación de la Unidad Nacional en Madero, en donde la construcción de un fraccionamiento a cargo de un ex regidor constructor, provocó inéditas inundaciones en calles que jamás anteriormente se habían encharcado siquiera.
Vuelvo ahora a las declaraciones de Berlanga Bolado, quien lamenta el riesgo de miles de familias porque se retrasará el arranque de las obras en el Canal del Cangrejo y en el Chipús; ahora yo le pregunto a usted, amable lector, ¿Por qué cree que no empezaron las obras por ahí desde hace un año?, ¿ahí en donde se concentra la mayor parte de la población, que además es la de clase más baja?
La respuesta es muy sencilla, pues el arranque de estas obras fue en la colonia Lomas de Rosales (no muy popular que digamos), en la “zona dorada”, por su importancia el sector comercial más importante del estado y otra más en el Bulevar Perimetral “Fidel Velázquez”, en donde, si bien se trata de una colonia de clase media, es también el acceso principal al Espacio Cultural Metropolitano y al nuevo Centro de Convenciones.
Pareciera pues, que las prioridades no van por donde hay más gente, sino en dónde está la gente “bien” o en dónde puede deslucir una obra de la magnitud del Centro de Convenciones, en donde no se vería nada bien traer a un tenor de talla internacional con semejantes charcos. Bueno, a todo esto ¿y el proyecto Tamesí?...esa es otra historia.
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