Gobierno en penumbras
“La burocracia en los países latinos parece que se ha establecido para vejar al público”
Pío Baroja, escritor español
Retomo ahora las declaraciones que recién hizo el el diputado local Enrique Blackmore Smer, presidente de la comisión especial para la reclasificación de tarifas eléctricas, en las que propone que los usuarios de la CFE que se vean afectados en su economía hagan “pagos chiquitos” cada mes y se eliminen los cargos por reconexión a quienes ya hayan cortado la energía por la falta de pago.
La propuesta se oye bien y en esta coyuntura económica no puede caer mejor; sin embargo los esfuerzos de los diferentes niveles gubernamentales son han sido suficientes.
Los tamaulipecos pagan energía eléctrica muy cara, pero es obvio que el gobierno federal se niega a reclasificar las tarifas por el monto económico que dejaría de recibir si esto se concreta.
El gobierno federal se porta muy mañoso al instalar los medidores de temperatura de diversos municipios en sitios con sobra y muy ventilados, cuando la realidad de las altas temperaturas es muy diferente, además que no se toma un factor determinante en estos casos: los niveles de humedad relativa del ambiente.
Ya es tiempo de que el gobierno muestre su rostro humano y trate de ver por los pobres a los que tanto trata de defender por un lado y por el otro les cobran hasta lo que no tienen en el recibo de la energía eléctrica; es hora de que voltee a ver a esos pequeños negocios que representan el 87 por ciento de la actividad económica formal en el país y que no logran subsistir simplemente porque su margen de ganancias no les alcanza para pagar el recibo de la luz.
Si un políticos, llámese gobernador del estado, presidentes municipales, diputados locales, diputados federales, senadores, etc; intenta hacer la tramitología para lograr que se reclasifiquen las tarifas eléctricas, termina ahogado en un mar de papelería burocrática entre decenas de dependencias involucradas del gobierno federal y con una soga al cuello representada por la falta de voluntad política.
La Comisión Federal de Electricidad es sólo una fachada de un monstruo de mil cabezas en donde están la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de Energía,
La Comisión Nacional del Agua y un sinnúmero de subsecretarías, direcciones, subdirecciones y delegaciones de cada una de ellas, que hacen pensar que lo último que busca toda esa maquinaria es el “vivir mejor”.
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