Regidores viajeros
Mario Alberto Gámez
“Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados
y maestros, sería oportuno saber si no se está
muriendo de hambre”
León Tolstoi, escritor ruso
El hecho de que siete regidores del ayuntamiento de Altamira aceptaran la invitación de un ayuntamiento extranjero para viajar hasta República Dominicana y participar de las fiestas por el aniversario de la ciudad y puerto de Altamira, Puerto Plata en aquel país caribeño no es un pecado capital.
Primordialmente porque de fondo existe un convenio internacional de hermandad entre las dos ciudades con el mismo nombre, en donde además está la ciudad de Querétaro, Querétaro por sus raíces históricas de colonización del sur de Tamaulipas. Hay pues un muy buen pretexto cultural para hacer este tipo de intercambios, cuyo protocolo político, en teoría debería incentivar la cultura.
La cuestión es que como reza el refrán popular, “el horno no está para bollos”: la situación económica en general no puede ser peor, las condiciones de pobreza y marginación en el municipio de Altamira son deplorables, el rezago educativo también, ya no se hable de la falta de infraestructura en uno de los municipios más grandes y de mayor explosión demográfica en Tamaulipas.
Ya de por sí los regidores del ayuntamiento altamirense no presumen de ser los mejores funcionaros públicos, que asisten a sus oficinas diariamente y presentan múltiples propuestas en las muchas sesiones del Cabildo del municipio, sino todo lo contrario.
Es en este contexto en donde no cabe la idea de que los siete regidores (del PRI, PAN y PRD) Bertha Reyna Villaseñor, Guadalupe Jiménez de Hoyos, Gerardo Castro Vargas, Eduardo del Ángel Valdez, Antonio Doria Cobos, Lucía Delgado Hernández e Hilda Álvarez Juárez, utilicen recursos del erario y tiempo de sus trabajos como gestores para asistir a un intercambio cultural en otro país con los gastos pagados una semana completa.
Si hablamos de políticas públicas, resulta incongruente que mientras el gobernador Eugenio Hernández Flores hable de austeridad y se baje su sueldo y el de sus principales colaboradores en un 15 por ciento, estos regidores acepten la invitación para irse de viaje a gastar recursos y tiempo en un protocolo que muy poco beneficio podrá dejar para los altamirenses, pero lo paseado, ni quien se los quite… ¡imagínese!
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