Mojados de regreso
Mario Alberto Gámez
“Muéstrame un obrero con grandes sueños
y en él encontrarás un hombre que puede cambiar la historia.
Muéstrame un hombre sin sueños,
y en él hallarás a un simple obrero”
James Cash Penny, comerciante estadounidense
El desempleo en varios sectores productivos en la unión americana es inminente, así como la crisis financiera, lo que ha puesto a los gobernadores de varios estados de nuestro país a temblar, tan sólo ante la posibilidad de que regresen una buena parte de los mexicanos que trabajan del otro lado y que puntualmente envían miles de millones de dólares en remesas a nuestro país.
Me llamó la atención el caso de la gobernadora de Zacatecas, la perredista Amalia García, quien ante esta situación declaró que su gobierno ya estaba listo para recibir a los posibles mexicanos que, sin trabajo allá, vendrán a buscarlo aquí. Sin embargo el plan del gobierno de Zacatecas no es precisamente el de poder ofrecer una chamba a los que lleguen, sino ofrecer a los menores un lugar en las escuelas públicas.
En el caso de Tamaulipas no deja de preocupar las declaraciones del gobernador Eugenio Hernández Flores, que la semana pasada adelantó que no nos hagamos ilusiones, porque su gobierno de plano no alcanzará las metas de empleo que se propusieron al inicio del año y la crisis en los Estados Unidos fue el justificante ideal, pues hay una gran cantidad de maquiladoras e industrias norteamericanas asentadas en territorio tamaulipeco.
Hay por lo menos hay 500 mil tamaulipecos trabajando de mojados en los Estados Unidos de Norteamérica, de acuerdo a cifras del propio gobierno del estado, que además los concentra principalmente en tres estados: Illinois, Georgia y Texas, lugares en donde el gobierno de Tamaulipas tiene representaciones para auxiliar a los expatriados.
Eso sí, el gobierno tamaulipeco sí tiene un plan bien definido: ayudar a todos los inmigrantes que regresen que no sean de Tamaulipas a que lleguen a sus estados de origen, o lo que es lo mismo, evitar que se queden en Tamaulipas.
Es lógico pensar que si nos cumplirán las metas de generar empleos para los tamaulipecos que viven en Tamaulipas, mucho menos sería posible emplear a los tamaulipecos que regresen de su frustrado sueño americano, lo que abre otra disyuntiva: ¿a que se van a dedicar, si acá tampoco hay chamba?…¡imagínese!
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