La Vitualla
“Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres,
tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”
John F. Kennedy, político estadounidense
Mario Alberto Gámez
Recuerdo que así se llamaba una tienda de abarrotes que se ubicaba en la zona centro de Tampico cuando era niño, a donde mi abuela y mi padre me compraban ahí dulces (todavía a granel) y les gustaba presumir de una imagen que se encontraba afuera del negocio; era un cuadro de un personaje de caricatura (una cerdita, si no mal recuerdo) que con trenzas y toda la cosa sostenía sobre su cabeza un cuerno de la abundancia; una imagen fue pintada por mi abuelo, según me decían orgullosos mi padre y mi abuela.
Aquella imagen del cuerno de la abundancia vino a mi mente al ver hoy en día a las amas de casa, con apenas lo indispensable en los carritos del supermercado y peleando codo a codo las ofertas, señal inequívoca de la gravedad de la situación económica.
Es por eso que declaraciones, como la que recientemente realizó el enorme Secretario de Hacienda del gobierno federal, Agustín Carstens en el sentido de que viene lo peor, pues al final del año se disparará aún más la inflación y no bajará hasta el 2009, ponen a temblar a cualquiera.
Al leer esas declaraciones tuve la misma sensación, que cuando vi el rostro de mi padre en medio de la recesión económica de 1995, y aquella “medicina amarga” con la que Ernesto Zedillo ofreció curar al país por el chistecito de Carlos Salinas de Gortari.
Tal vez en esta ocasión la situación no sea tan grave, pero la realidad de la calle es así de fría: 89 mil familias en Tamaulipas viven en pobreza extrema, y la mitad de ellos simplemente no tiene que comer hoy.
Las cifras que ofreció la Secretaría de Desarrollo Social, a través del programa “Oportunidades” hablan de un Tamaulipas que no vemos a diario, de un estado que no está en el discurso oficial y de una absurda indiferencia.
Sin embargo seguimos leyendo declaraciones de líderes de colonos que pelean sus “apoyos” a la Sedesol, que se pelean con los dirigentes de los partidos políticos y los funcionarios por unas despensas (de esas que envía el gobierno del estado) que van a dar a donde menos se necesitan…¡imagínese!
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