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¡Imagínese!

¿En serio?

“Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla

es la mejor manera de adaptarse a la realidad”

David Viscott, escritor estadounidense

 

Mario Alberto Gámez

Si en lo que va del sexenio de Eugenio Hernández Flores se han presentado en el estado más de 200 mil averiguaciones previas de todos los delitos habidos y por haber, es lógico que si hay no más de 50 casos de secuestro que se hayan denunciado penalmente, José Guadalupe Herrera Bustamante crea que se trata de un “índice muy pequeño”.

También es comprensible en esa medida que el Procurador de Justicia del Estado piense que Tamaulipas sólo fue de paseo al Consejo Nacional de Seguridad Pública, pues en el renglón de los secuestros, “el estado asumió este compromiso sin que sea un problema serio”. También recalcó que en lo que va de este 2008, se tiene sólo el registro oficial de 16 secuestros.

Justo hace una semana escribí en este espacio del espejismo que hay en Tamaulipas, en donde las autoridades estatales de plano se niegan a ver una realidad implícita: la gravedad del secuestro en Tamaulipas.

Me remito ahora a la figura del extinto periodista Arturo Solís, quien a través del Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de los Derechos Humanos que fundó en la frontera tamaulipeca para ver, no sólo por los derechos de los inmigrantes, sino también de los tamaulipecos en general. Sus estadísticas distan muchísimo de la realidad “oficial” de las cifras y las denuncias que realmente trascienden.

De acuerdo con este organismo, entre 2003 y 2007 (año en que falleció Solís) el número de secuestros tan sólo en la frontera de Tamaulipas ascendía a 662 y lo subrayo: sólo en la frontera.

En Tampico es el gran tabú…nadie habla de ello por temor, por miedo, todos, incluso los diputados se refieren a esto como un caso “delicado”, del que quieren hablar lo menos posible, otros funcionarios ni siquiera quieren hablarlo.

Por muy grave que sea la situación del miedo, de la cultura de no denunciar los delitos como éste en donde la frágil vida humana corre tanto riesgo, es ingenuo pensar que no es un “problema serio”, aún y cuando no deba actuarse “irresponsablemente”, como lo señala el procurador con “dimes y diretes, que se lo llevaron, que lo levantaron, que desapareció, que se fue de parranda”…no, no estaba secuestrado, andaba de parranda… ¡imagínese!

 

mario.gamez@milenio.com

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