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¡Imagínese!

Aventurilla

La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia,

la inteligencia tiene sus límites, la tontería no”

Claude Chabrol, director de cine francés

Mario Alberto Gámez

Es la moda, nadie puede evitar que los jóvenes tengan a la mano cámaras de video profesionales, amateur y claro, teléfonos celulares, con lo que puedan sentir el ímpetu de la aventura.

Una “aventurilla” como describen cuatro jóvenes de entre 14 y 17 años que se internaron en los manglares de los terrenos de la Laguna del carpintero, con el objetivo de encontrar un cocodrilo y alimentarlo, al momento que lo grababan con su cámara.

Obviamente querían reconocimiento y ser por un momento las estrellas de You Tube, pero las 500 visitas que registra el sitio no los hacen muy famosos que digamos.

Lo que si tienen y mucho estos jóvenes es imprudencia y una libertad de la que no deberían gozar si en los terrenos de la Laguna del Carpintero hubiera vigilancia suficiente por parte de las autoridades del Ayuntamiento de Tampico.

En el video, que se transmitió en el Telediario de Multimedios Televisión, se aprecian los cuatro jovencitos y se escuchan sus voces, llevan una mochila de hombros, en cuyo interior transportaban una gallina viva.

Uno de ellos menciona que se internaron en el “bosque” y que llegaron caminando a la parte posterior del mirador de los cocodrilos…sí, la misma zona en la que murió una persona hace unos días, precisamente por invadir su hábitat.

De repente, uno de ellos resbala ante lo fangoso del terreno y la lluvia, que en el momento de la grabación era pertinaz.

Finalmente encuentran un lagarto en una orilla junto a unos manglares, sacan la gallina y la dejan en la orilla, obviamente, el saurio sale del agua y la engulle de un mordisco, los jóvenes asombrados graban todo y lo ponen en Internet: “Pantano Laguna del Carpintero-Alimentando al cocodrilo” es el nombre de la grabación, disponible en línea.

La imprudencia de estos jóvenes disfrazada de audacia, pudo fácilmente haberse convertido en una tragedia de grandes proporciones, si cualquiera de ellos hubiera sido sorprendido por un cocodrilo en su hábitat, o si el que se atrevió a darle la gallina hubiera resbalado, como su compañero; una aventurilla que les pudo costar la vida… ¡imagínese!

 

mario.gamez@milenio.com

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