La reforma en vilo
Mario A. Gámez
“Hay una fuerza motriz más poderosa
que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”
Albert Einstein, científico estadounidense
Estados Unidos se convertirá en el gran ganador de que se estanque la política en México.Este parece ser el grito desesperado de muchos y muy diversos sectores de nuestro país, al hablar de la falta de consensos que permitan una reforma energética.
El miércoles pasado, entrevisté al gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores al respecto y me habló del frente que ya preparaba junto con sus homólogos de Campeche, Jorge Carlos Hurtado, de Tabasco, Andrés Granier y de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, todos, estados generadores de petróleo, a fin de establecer criterios comunes al respecto.
Ese día Eugenio Hernández me confirmó que el frente común existe y que se trataba de respaldar la propuesta que surgiera del Ejecutivo, siempre y cuando no se perdiera la soberanía nacional sobre el petróleo, pero sí, privatizando algunas áreas.
Y es que no nos queda de otra: o privatizamos la explotación de los yacimientos petrolíferos en el Golfo de México o el petróleo se lo lleva Estados Unidos, que sí tiene la tecnología y los recursos para extraerlo de grandes profundidades del mar.
El mejor ejemplo parece ser la Cuenca de Burgos que comparten Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León; otro yacimiento limítrofe con la unión americana que, de no ser por la aplicación de los controvertidos “contratos de usos múltiples”, con participación de la iniciativa privada, el principal yacimiento de gas del país sería explotado por los gringos.
Actualmente la Cuenca de Burgos genera el 25% del gas que se produce en México.En la Cabalgata de las Huastecas que concluyó ayer, los gobernadores reafirmaron su compromiso de entrarle al tema energético, y coincidieron en proponer que los estados con hidrocarburos puedan entrarle a la explotación de yacimientos.
El análisis que hace el presidente Felipe Calderón es claro: Petróleos Mexicanos va directo a un abismo sin salida si se sigue trabajando como hasta ahora, si se siguen agotando las reservas y se deja de invertir en su infraestructura.El debate no debe morir, ni ahogarse en los juegos de intereses políticos, y la última palabra la tienen los diputados federales y senadores, quienes decidirán con la nueva reforma si Pemex vive, o lo dejan morir...¡imagínese!
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