¿Conoce a alguien con cáncer?
Mario A. Gámez
“El futuro del mundo pende
del aliento de los niños que van a la escuela”
El Talmud
La manera como hemos contaminado a la región es abominable. En pocas décadas nos hemos dado a la tarea de deshacernos de todos nuestros desechos industriales en el mar, de crear lagunas con químicos, de depredar las contadísimas áreas verdes y de filtrar veneno a nuestro subsuelo.
La contaminación que genera la torpe e inoperante infraestructura de Petróleos Mexicanos, la subrepticia filtración de contaminantes del corredor industrial, la irresponsabilidad de quienes crearon basureros sin ton ni son y que ya están saturados, los millones de litros de aguas negras vertidas indiscriminadamente al mar y los desechos que arrastra desde el centro del país el río Pánuco son sólo algunos ejemplos.
La consecuencia (lógica) son las constantes epidemias de todo tipo y el aumento de casos de cáncer entre la población, que es además la principal causa de mortalidad.
Cualquier esfuerzo resulta insuficiente para la magnitud del problema: lagunas de oxidación que desbordan, ductos que revientan, proyectos de plantas de tratamiento de aguas que no terminan de construirse y el recurso público que nunca alcanza, son sólo algunos de los obstáculos que impiden que esta región esté libre de contaminación.
Peor aún, hay políticos que por encima de los proyectos ecológicos, ponderan grandes obras de relumbrón, de estas que todo mundo admira pero que son innecesarias o tardías, en lugar de pensar en invertir en perpetuar el medio ambiente para las futuras generaciones.
En el “Día de los humedales” se anunciaron acciones para rescatar ríos y lagunas de la zona conurbada del sur de Tamaulipas a fin de convertirlas en una reserva ecológica que permita la facilitación de recursos para proteger la vida de la flora y la fauna de la región.
Acciones como esta parecen un desesperado grito que se ahoga en el mar de necesidades que tenemos en materia ambiental. Si usted hoy sale a la calle y encuentra que todo está bien, que no hay contaminación alguna; es porque no la ha buscado bien.
Los gobernantes piensan primero en pavimentar calles, que en hacer una planta de tratamiento de aguas residuales que, a la larga salve las vidas de nuestros hijos...¡imagínese!
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