La aguja en el pajar
Mario Alberto Gámez
“Los políticos son siempre lo mismo.
Prometen construir un puente aunque no haya río”
Nikita Jruschov, político ruso
La política actual ha hecho que nos acostumbremos a ver a los personajes políticos como seres divinos capaces de solucionar todos nuestros problemas comunes y además darnos “bienestar”. Todavía hay quienes a través de algún programa social se ven beneficiados con algo tan simple como una despensa y entregan a cambio casi casi su alma al diablo.
Llámese el partido o gobierno que se llame, y del color que usted quiera siempre habrá alguien que se ponga el sombrero ajeno con alguna de estas acciones de gobierno y se quede con el “crédito”, eso tan intangible pero tan valioso, que los que se dedican a la política piensan que con él se verán favorecidos a la hora de las encuestas y de las votaciones.
Es por ello que causa tanto impacto conocer investigaciones periodísticas como la que presentó el lunes pasado MILENIO Diario de Tampico, en donde se revela abiertamente la inmensa fortuna que posee el dos veces alcalde de Altamira Juan Genaro de la Portilla Narváez, que con decenas de propiedades de él y su familia cercana insulta gravemente a los pobres a los que dice favorecer cada vez que va a una nueva campaña.
Vendrán nuevamente sus promesas mesiánicas de marchas y plantones para sacarle a Pemex y a los industriales obras para la ciudad; la extorsión a los constructores para darles obra del municipio a cambio de beneficios en especie, la promesa de regalar más terrenos por medio de las invasiones a particulares, etc.
En el ejemplo de Genaro bien podrían caer muchos políticos más que se han enriquecido vilmente a costillas de los impuestos que usted y yo pagamos, personajes sin escrúpulos que no les importa pisotear la dignidad del ciudadano de bien solo para hacerse millonarios y hacer mas ricos a sus familiares y amigos.
Hay políticos que se valen de artimañas para comprar una elección, creen que tienen una democrática “mayoría” y terminan por hacen con el poder y el erario público lo que sus caprichos le dicten.
A un par de meses para que arrecien los ataques, el juego sucio, las patadas por debajo de la mesa y la devastación de la política de altura, vale la pena hacer un análisis de cada uno de los perfiles políticos que buscarán un cargo público en la elección del 11 de noviembre y preguntarse ¿qué han hecho?, ¿qué podrían realmente hacer si ganan?, ¿cómo lo harían?...si las respuestas no son sólo un rosario de buenas intenciones, sino estrategias de calidad con soluciones reales y proyectos contundentes, sin apasionamientos de todos los colores, habrá encontrado la aguja en el pajar, y su mejor opción para decidir libre e inteligentemente su voto... ¡Imagínese!
http://mariogamez.blogia.com
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