Subestiman el sismo
“Produce una inmensa tristeza pensar
que la naturaleza habla,
mientras el género humano no escucha”
Víctor Hugo, Escritor Francés
Muy pocas veces ha temblado en la región y menos aún hay registros confiables de ello. Lo realmente grave del caso es que ninguna autoridad tenga siquiera previsto algún plan de contingencia que sea confiable y que pueda garantizar al menos, la protección de vidas humanas.
En una zona como la nuestra, en donde la primera idea de un “desastre natural” sería por lógica la de un huracán, lo más inesperado sería justamente lo que ocurrió el miércoles pasado: un sismo.
De hecho los planes de evacuación de zonas bajas en caso de huracán o inundación; son tan malos, que la gente ni siquiera está enterada en qué tipo de zona vive, cuales son sus riesgos, que debe hacer y que no hacer en caso de un desastre natural y menos aún conoce cuales son los posibles albergues en caso de verse en la necesidad de dejar su casa.
Si los planes para salvar vidas en caso de huracán no funcionan; mucho menos en caso de un movimiento telúrico, aún y cuando hay estructuras y edificios tan antiguos y en tan malas condiciones en donde viven centenares de personas, que son, en este caso verdaderas trampas mortales.
Los intentos de los municipios para crear una verdadera conciencia de protección civil son inútiles. Los habitantes de la zona simple y sencillamente no quieren participar en simulacros o aprender las indicaciones de la autoridad; pero tampoco los municipios han hecho esfuerzos en serio para lograrlo.
¿Podría volver a temblar en la zona?...nadie lo sabe; pero uno de los expertos, entrevistado por MILENIO Diario de Tampico; precisamente un oceanógrafo, comentaba que los cambios climáticos por el calentamiento global incluyen de todo, tornados (como el ocurrido en Coahuila), tsunamis (como el de Asia); u otros fenómenos como “El Niño” y “La Niña” que ponen en medio de la zozobra al mundo entero.
Para no variar, nuestra cultura cambia a base golpes mortales; imagínese que tendría que venir otro huracán como el “Hilda” de 1955 para que se apresurara por ejemplo el proyecto de la Presa del Tamesí, que evitaría que una gran parte de la ciudad quede bajo el agua ¿se aceleraría la burocracia?
Imagínese que habría que esperar otro devastador terremoto como el de 1985 (apenas un par de grados más fuerte del ocurrido el miércoles pasado) para que nuestras autoridades comiencen a trabajar en serio en la cultura de protección civil. Imagínese lo que podría ocurrir si volvemos a ignorar las advertencias de la naturaleza...¡Imagínese!
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