La solución de fondo

"Dejad pensar al pueblo que gobierna y se dejará gobernar"

William Penn, Religioso británico

 

El llamado que hace unos días lanzó el presidente Felipe Calderón a la sociedad a participar activamente junto con el gobierno para enfrentar el problema de la inseguridad que vive México, es quizás lo más destacable que vi del mensaje, que con motivo del su cuarto informe de gobierno ofreció a los mexicanos.

Nuestro país la está pasando mal, muy mal. Hay quienes ven al gobierno federal como una entidad acorralada y sin recursos, incluso hay quienes ya hablan de estado fallido.

Los ojos de los mexicanos voltean a sus gobernantes buscando soluciones que no llegan, que no se ven por ningún lado. Es por ello que coincido con los que piensan que la única forma de resolver nuestros problemas es actuando juntos, sociedad y gobierno.

El concepto en realidad es muy simple: Si vamos como equipo y ganamos, ganamos todos; al mismo tiempo que si algo sale mal, todos perdemos y aún en esas circunstancias siempre podemos rectificar el camino y cambiar la fórmula de solución las veces que sea necesario hasta hallar la fórmula perfecta.

Desafortunadamente ese llamado no es para nuestra cultura, que se ha formado a partir de los conceptos en los que nos han forjado para vivir siempre dependiendo de un gobierno controlador y manipulador que sólo sale a buscar la participación ciudadana en los tiempos electorales y que se ha olvidado de promover la movilización de la sociedad en el quehacer cotidiano de gobernar, simplemente porque no han estado dispuestos a poner en riesgo el futuro político de sus partidos, ocasionado por el potencial crecimiento de estructuras sociales sólidas, participativas y exigentes.

De la misma forma que ha sido el gobierno el responsable de no contar con una sociedad que lo respalde ahora que por sí mismo no es capaz de resolver esta situación, es el mismo gobierno el que debe emprender una estrategia decidida de promoción de la participación social en los actos, las decisiones y las estrategias que habrán de aplicarse. Insisto: se trata de la participación social en la toma de decisiones estratégicas del gobierno.

Sería muy interesante, por ejemplo, observar a nuestros diputados salir a la calle en sus distritos y convocar a la ciudadanía a participar periódicamente en foros de opinión abiertos sobre los temas de interés del país. ¿alguien recuerda ahora que esa fue justamente la estrategia que encabezó en su campaña Rodolfo Torre Cantú?

Pero no sólo eso, sino también a generar consultas específicas o a motivar la generación de propuestas e iniciativas que podrían ser impulsadas por ellos mismos en el Congreso.

Sería igualmente interesante ver a los diferentes niveles de gobierno convocando a la sociedad para la integración de Consejos con verdadero peso específico en la toma de decisiones que dan forma y fondo a sus acciones. Esa bien podría ser una de las principales premisas de los nuevos gobiernos que en enero están por empezar una nueva etapa del gobierno estatal y municipal en Tamaulipas.

En otras palabras, buscaríamos un gobierno que sea capaz de promover este tipo de iniciativas de tal forma que logre gobernar efectivamente para y con la sociedad. Para el gobierno no pede haber mejor alianza, mientras que para la sociedad esto representa la oportunidad para recobrar la confianza en sus autoridades.

El llamado del Presidente Calderón no debe quedar sólo en eso. Lograr una sociedad involucrada debe convertirse en el objetivo se su plan de gobierno y del de todos los que tienen una responsabilidad, del tamaño que sea. Sin ella, sólo tendremos más de lo mismo. Observemos que un gobierno con este enfoque no representará solamente a un partido. Nos representará a todos.

Imagínese la escena: Un Presidente, Gobernador o Alcalde conectado y alineado con su sociedad... Nada puede superar este equipo. Ni la inseguridad, ni las amenazas económicas, ni nada.

En realidad necesitamos un gobierno que actúe de cara a la sociedad a la que (se supone) sirve. Que ofrezca un giro sin precedente y se desconecte, como gobierno, de los partidos políticos a los que pertenecen sus integrantes y que se dedique a la reconstrucción intensiva e incondicional del tejido social de nuestro país, nuestro estado y nuestros municipios. Sólo así lograremos salir adelante.

 

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