Polémica aeroportuaria
“Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento”.
Oscar Wilde, novelista irlandés
El pasado miércoles durante la sesión ordinaria del Congreso del Estado, el diputado local Jorge Díaz Casillas presentó a nombre de la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional un punto de acuerdo para que el aeropuerto de Tampico no sea reubicado, a pesar de que ya hubo un anuncio oficial por parte del gobernador Eugenio Hernández Flores.
Como suele ocurrir cada vez que algún panista toma la tribuna, Díaz Casillas fue olímpicamente ignorado y su propuesta no prosperó, pero ¿cuáles son los argumentos del panista para pretender que no se reubique el aeropuerto?
Bueno, pues para el legislador y algunas estadísticas que presentó basadas en comparaciones con otras terminales aéreas del país, el aeropuerto internacional “Francisco Javier Mina” de Tampico, opera actualmente al ¡nueve por ciento de su capacidad!, es decir, es un aeropuerto muy grande que opera muy poco.
Otro de los argumentos que afirma el panista es que (y lo citó textualmente) “Tampico dejará de ser turístico si el aeropuerto se va a Altamira”, debido a que quienes perderán clientela serán los hoteles y restaurantes que ganan por tener al aeropuerto en el centro de la zona conurbada.
Creo de entrada que Díaz Casillas (que también quiere ser alcalde de Tampico) tiene razón en cuanto a que el aeropuerto está “sobrado” por decirlo de algún modo, pero justamente por eso, el diputado tendría que comparar también lo que ocurre en otros aeropuertos que no están sobrados y que se encuentran bastante lejos de las ciudades a las que representan, como el caso de Monterrey, Nuevo León.
Otro aspecto que, curiosamente omite Jorge Díaz es que al reubicarse el aeropuerto, la zona entera gana terrenos que valen oro para el desarrollo vial, urbano, ecológico y de esparcimiento que tanta falta nos hacen.
Al irse a Altamira, el nuevo aeropuerto provocaría todo un crecimiento para aquella zona y la inversión de más de tres mil millones de pesos que se requieren no sería del gobierno, sino de la operadora concesionaria del aeropuerto, en este caso de OMA, así que tampoco es un gasto para el gobierno estatal.
Quizás le serviría al diputado panista antes de presentar un proyecto de esta naturaleza, hablar con el alcalde Héctor Villarreal, un hombre que creció profesionalmente en la industria y en el empresariado, para conocer su visión de este proyecto y tal vez así no perdería el tiempo en ser tan ignorado la próxima vez que tome la tribuna legislativa del estado.
Se mueven los empresarios
Hablando de los empresarios de Altamira no habría que subestimar los esfuerzos qu desde su trinchera hace por llegar a la candidatura del PRI a la alcaldía por parte de Óscar lacio González, quien ya tiene importantes amarres para hacer ruido.
Lacio hizo un buen papel al frente del ITEA, en Duport e Itavu, altamirense egresado del ITA 4 de ese municipio y un hombre cercano al gobernador, no hay que perderlo de vista.
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