Altos vuelos
¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?
Hellen Adams Keller, escritora estadounidense
Difícilmente se podría concebir el desarrollo de una ciudad moderna sin un aeropuerto internacional de primera, moderno, eficaz, seguro y confiable en una zona apartada de la mancha urbana.
Es por eso que las críticas de quienes hablaron sin conocimiento de causa se escuchan retrógradas y con claro revanchismo político, de criticar sólo por criticar, con el único fin de desacreditar a quien alce la mano para hacer una propuesta de esta naturaleza.
Ya desde su primera administración, el priista Fernando Azcárraga López hablaba de reubicar el aeropuerto, pues cuando se construyó en 1921 no tenía todo el desarrollo habitacional y comercial que hoy lo rodea, pero sus críticos lo atacaron y lo acusaron de querer beneficiarse con este proyecto.
En aquel entonces se habló de una reubicación en alguno de los municipios del norte de Veracruz o de Altamira, como finalmente se ha decidido por la administración estatal del gobernador Eugenio Hernández Flores, quien con un proyecto integral que concibió el Instituto Metropolitano de Planeación determinó al ejido Mariano Matamoros como la mejor alternativa.
Es éste un proyecto de ganar-ganar en donde nadie pierde: los ejidatarios (unas 500 familias), serán reubicadas y bien remuneradas por sus terrenos, las casi 400 hectáreas de la actual terminal aérea serán bien aprovechadas para las tan indispensables obras de vialidades, áreas de convivencia y la otra mitad serán vendidas a la iniciativa privada para la construcción de las también necesarias viviendas y centros comerciales en esa área de la ciudad que ya no posee reserva territorial para su crecimiento.
Por si esto fuera poco las arcas estatales y municipales recibirán la nada despreciable cantidad de tres mil millones de pesos que se traducirán a su vez en más obras de beneficio social, es decir, todos ganan con una obra de altos vuelos que además convertirá un aeropuerto de 88 años de antigüedad en la terminal aérea más moderna del interior del país. Ahora sólo esperamos que no vengan la política, las críticas y grillas, que lejos de ayudar, destruyen los grandes proyectos de desarrollo como éste.
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