Crédulos e incrédulos
“Como a nadie se le puede forzar para que crea,
a nadie se le puede forzar para que no crea”
Sigmund Freud, médico austriaco
Me he divertido como enano al leer un reportaje en un diario electrónico europeo sobre una nueva película que versa sobre el sensacionalismo de los tabloides ingleses y la credulidad que tienen sobre cualquier tópico que se relacione con el mundo del espectáculo.
Resulta que el filme está basado en una serie de engaños que protagonizó el director de la película, al enviar mediante emisarios, información falsa sobre famosos a varios diarios amarillistas, que cayeron en la trampa y publicaron mentiras en todo el mundo.
El reportaje que se intitula “el arte de engañar a un mentiroso”, y que desmenuza la película “Starsuckers” (Exprimidores de estrellas) del director Chris Atkins, habla de cómo inventaron que a la cantante Amy Winehouse se le había incendiado el cabello, o de cómo el ex esposo de Madonna, Guy Ritchie se había golpeado un ojo al jugar con dagas en una cantina, todo ello llegó a ser noticia mundial, cuando en realidad fueron grandes mentiras.
Los mismos inventos o exageraciones que se hacen en la prensa sensacionalista de espectáculos en México que con el menor incidente, ya se hace todo un escándalo de proporciones épicas; si al Fabiruchis le sale un grano en la nariz o si a Alejandra Guzmán le ponchan una nacha. “Noticias” tan intrascendentes, malas y fingidas como los pasos de rumba de Barack Obama con Thalía.
Por eso es que vale la pena cuando en medio de una grave crisis económica, hay un medio que apuesta por la transformación, que aprovecha la oportunidad y se lanza con todo por sus lectores renovándose y ofreciendo un nuevo rostro.
El relanzamiento del periódico La Razón en Tampico, habla de un esfuerzo empresarial y editorial que escucha a los tampiqueños y les entrega en las manos el producto que desean y como lo desean, pero siempre cuidando el mayor valor que puede tener cualquier medio informativo: su credibilidad.
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