Narcotráfico, adicciones y violencia
“Cuando dos elefantes se pelean es la hierba la que sufre”
George Murrel, filósofo británico
Los impactos de una ráfaga de ametralladora AK-47 dan fiel muestra de la inestabilidad de la región de la sierra de Chihuahua, hasta donde me trasladé para realizar un reportaje sobre la zona arqueológica de 40 casas y asistir a un recorrido por la zona de funcionarios de la Comisión Nacional Forestal.
Los balazos que se encuentran en el letrero de “bienvenida” al ejido “El Largo” del municipio de Madera, a unos 600 kilómetros de la capital de ese estado, son inequívoca señal de lo que los pobladores más tarde me comentan: se trata de una fracción de la ruta de la droga, de la misma que llega al país procedente de Sudamérica, y entra por Topolobampo, Sinaloa, cruza por brechas Chihuahua, pasa la frontera por el desierto y llega hasta el centro de distribución de enervantes más grande del sur de los Estados Unidos, que se encuentra en Odessa, Texas.
Pero el problema más grande del norte del país no está en el tráfico ilegal de enervantes, o en la batalla de los diversos cárteles que se disputan puertos y frontera en esta región, ni como en Tamaulipas la lucha entre las fuerzas federales y los 14 zetas que aún quedan del Cártel del Golfo, según los informes de la inteligencia norteamericana; no, el verdadero problema está en el encarecimiento de las drogas en los Estados Unidos, ante lo difícil que está resultando a los cárteles trasladar un promedio de 600 toneladas de cocaína por la franja fronteriza cada año.
Y es un grave lío, principalmente para la federación y para los gobiernos de los estados como Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, ya que ahora tendrán que enfrentar el reto que significa el hecho de que las drogas, al ser cada vez más difícil llevarlas al otro lado de la frontera, se quedan en México y disparan los índices de adicciones.
Una prueba de ello son los resultados de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, que aparentemente no han sido suficientemente difundidos, ya que en sólo seis años creció 51% el número de personas adictas a las drogas y 30% la cifra de quienes alguna vez las han consumido. Es escalofriante que el 43% de los jóvenes de entre 12 y 25 años de edad sepan dónde comprar drogas y de ellos la mitad llegue a consumirlas.
El hecho de que más de medio millón de personas admitan que consumen drogas en el país, principalmente marihuana, cocaína, crack y metanfetaminas deja la reflexión de que ésta sólo es una encuesta de personas que sí admiten este problema, lo que se asemeja cada vez más a la punta del iceberg, que no deja ver la verdadera magnitud del problema.
Casi el 50 por ciento de los jóvenes entre los 18 y los 25 años en México no estudian ni trabajan, una fórmula a la que se le suma el “escape” de las drogas y la forma de mantener una adicción como estas a través de medios delincuenciales…al fin y al cabo el 98 por ciento de los delitos en el país queda en la impunidad.
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