Dolor evitable
“Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida”
Juan Pablo II, papa de la iglesia católica.
Este miércoles y jueves Ciudad Juárez será la sede de una reunión internacional de la Organización Demócrata Cristiana de América, que concentrará en esa ciudad fronteriza a varios países del continente para analizar el tema de la inseguridad ahí, en la ciudad más violenta de México.
Ponentes de todo el mundo analizarán este delicado tema en el II Foro Internacional
“Inseguridad, Dolor Evitable” y la tarde del jueves ofrecerán la “Declaración de Ciudad Juárez”, en la que concentrarán sus conclusiones. Se realizará también un panel de gobernadores que compartirán su experiencia en el tema. Participan Leonel Godoy, de Michoacán; Eduardo Bours, de Sonora; Marco Adame, de Morelos; y como moderador el anfitrión, José Reyes Baeza Terrazas, gobernador de Chihuahua.
En este trascendental evento (que convertirá a Juárez en un búnker) participarán además la Fundación Konrad Adenauer de Alemania, la Fundación Víctimas Visibles, de Colombia; el Observatorio Internacional Víctimas del Terrorismo, de España, y la Asociación Mejor Sociedad, Mejor Gobierno, de México.
Y aunque en el papel esta declaración pareciera representar un documento valioso para la solución de una de las más graves crisis que vive nuestro país como lo es la inseguridad, la lúgubre sombra del fantasma de la política, amenaza con manchar esta declaratoria y con minimizar su aplicación en nuestro país.
Ahora viene la grilla: el presidente de la ODCA es el ex líder nacional del Partido Acción Nacional, Manuel Espino Barrientos que encabeza una evidente oposición política dentro del PAN al presidente Felipe Calderón y su grupo.
Tan es así, que a pesar de la relevancia del tema y sus participantes, Calderón no estará en Ciudad Juárez, sino que enviará en su nombre al secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna.
La infantil actitud del jefe del poder Ejecutivo federal hace recordar los caprichos del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Cazaubón, quien al inicio de su administración se negaba a acercarse a Felipe Calderón para que no los retrataran juntos.
Ya Espino se ha adelantado a esto y se ha encargado de que el presidente sepa que, a un año de los acuerdos nacionales de seguridad pública los resultados han sido tan pobres que las estadísticas de violencia los rebasan por la derecha y con gran facilidad.
Qué dirá Manuel Espino si hace apenas diez días él mismo sufrió en carne propia los tumbos del Ejército, cuando en plena fiesta familiar los militares se introdujeron sin orden de aprehensión a su casa de Juárez, en un incidente que hasta provocó las disculpas de un general de división al político.
mariogamez@live.com.mx
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