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¡Imagínese!

Nostalgia por el autoritarismo

“La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad”

Sir Francis Bacon, filósofo británico

 

 

En México hay nostalgia por el autoritarismo político que vivió el país antes de la alternancia que encabezó Vicente Fox en el 2000, y el deseo de esta regresión, se basa en buena medida en la decepción de los ciudadanos de lo que han sido los gobiernos panistas que a la fecha no han respondido a la altísima expectativa que levantaron.

Vicente Fox, representando al PAN en histórica elección, rompió con la hegemonía de más de siete décadas de priismo consuetudinario y junto a su gobierno nació la esperanza de romper con esa pesada maquinaria del burocratismo que manejan pigmeos, pero lejos de ser así, provocó que la corrupción se perpetuara, fue laxo con los cárteles del narcotráfico que hicieron lo que quisieron con el país y terminó entregando el poder a otro panista en medio de una crisis política en el Congreso.

A Felipe Calderón no podría irle peor: la muerte de su mano derecha (y secretario de gobernación), la guerra contra el narcotráfico, la crisis económica mundial, la pandemia de la influenza humana (mas las crisis que puedan surgir mientras usted lee esto), han puesto a su gobierno en completa imposibilidad de cumplir con las promesas más elementales, como la de generar más empleos que ningún otro presidente en la historia del país o la de eliminar la tenencia vehicular.

Es nuestra incipiente democracia la que no nos permite dar el tiempo necesario a las instituciones para que ejerzan sus libertades y estiren las piernas en el campo de la autonomía.

Queremos todos los cambios lo más rápido posible y de la manera que mejor nos convenga a todos, sin querer pagar el costo que esto lleva implícito: terminar con la corrupción a todos sus niveles dar poder y certidumbre al Congreso y a la Suprema Corte, más aún: permitir el ejercicio ciudadanizado del Instituto Federal Electoral y vigilar que así sean los mecanismos legales y de operación de los Institutos Estatales Electorales.

Pareciera que la dulce “probadita” de democracia que el PAN dio a los mexicanos, se amargó con la adopción de las mismas viejas prácticas electorales y la alianza con los sindicatos corruptos; acciones que ya el PRI de antaño dominaba a la perfección.

En la última elección, el voto nulo o voto en blanco envió un claro mensaje a la clase política que urge un cambio en el rumbo, que urge redefinir las estrategias, apretarse el cinturón, dejar de pasearse por todo el mundo y ponerse el overol con lo que hay que cambiar aquí en el país.

Es justo ahora cuando recuerdo aquella manifestación que en Tampico protagonizaron mujeres que sonando las sartenes, exigían a la autoridad soluciones urgentes a la grave situación financiera. Hoy muchas de esas mujeres están del otro lado de la calle, desde oficinas de gobierno viviendo en carne propia las exigencias que parecen haberse agravado.

Sólo la movilización de las instituciones ciudadanas, de las agrupaciones sociales y las organizaciones no gubernamentales, permitirán vigilar que los cambios democráticos del país ofrezcan certeza a los ciudadanos de un cambio auténtico, venga del partido que venga.

mariogamez@live.com.mx

 

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