Narcocampañas
Mario Alberto Gámez
“La lucha siempre merece la pena si el fin
vale la pena y los medios son honestos”
Steven Burst, escritor estadounidense
Más preocupadas por la situación económica que por la inseguridad que priva en todo el país, pareciera que las autoridades de los diferentes niveles de gobierno le han dado vuelta a la página del año 2008, como uno de los más violentos en la historia de nuestro México.
Tan sólo el año pasado se registraron más de 5,600 muertes violentas, fruto de la guerra entre el gobierno federal y el narcotráfico, más de 2 mil de estas muertes ocurrieron sólo en el estado de Chihuahua, y en Tamaulipas sólo se registraron 43 ejecuciones.
Es en este marco que la nueva Ley General de Seguridad Pública, recientemente publicada en el Diario Oficial de la Federación, contempla la participación activa y presente de todas las corporaciones policíacas del país de los tres niveles de gobierno, de la federación de los estados y de todos y cada uno de los municipios. No puede haber nada más alejado de la realidad, al menos en este momento.
No están nuestros policías preparados aún para hacerle frente a los cañonazos de plomo y dólares del narco y mucho menos las administraciones estatales ni municipales para evitar las amenazas de las que constantemente son objeto, aunque lo nieguen.
Los niveles de corrupción que aún pernean los gobiernos en todos los niveles, impiden también dar la cara limpia en esta batalla y lo que es peor, vienen tiempos electorales.
Las campañas para la renovación del Congreso en Tamaulipas y en todo el país podrían no quedar exentas de la mano del narco, como se ha visto en las últimas contiendas, en donde ha habido hasta señalamientos de que habría aspirantes del narco en diferentes partidos, ¿cómo garantizar que no habrá dinero sucio en las campañas y precanpañas?
Quizás la peor parte de la historia venga el próximo cinco de julio, cuando la ciudadanía tenga la incertidumbre de salir a la calle y encontrarse con narcos, con balazos o con candidatos, lo que pondría al abstencionismo como el gran triunfador de una contienda en donde no habrá ganadores…¡imagínese!
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