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¡Imagínese!

Cómo apropiarse de un terrenito

Mario Alberto Gámez

 

“Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes

de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen”

Marcel Aymé, escritor francés

 

El Frente popular “Francisco Villa” anunció recientemente que un millar de habitantes de la invasión “Mano con mano” firmarán convenios de reubicación hacia el municipio de Altamira, aceptando así la propuesta del gobierno del estado y los Municipios.

 

Las invasiones de predios ha sido siempre muy buen negocio para los “líderes” que aprovechándose de la pobreza de mucha gente, le ofrecen un “futuro” invitándoles a convertirse en “paracaidistas”, adueñándose de terrenos que no les pertenecen.

 

Hay miles de ejemplos como este en el estado y uno de los más claros ocurren en las zonas bajas de la zona, terrenos que por su naturaleza son catalogados por la Comisión Nacional del Agua como inhabitables por ser de alto riesgo de inundaciones.

 

Sin embargo a lo largo de las últimas cuatro décadas dirigentes del PRI, PAN y PRD principalmente, impulsaron la invasión de estos terrenos, llevando a miles de familias a vivir en esteros, lagunas, pantanos y a las márgenes de los ríos, en busca de un lugar para habitar, pero al mismo tiempo colocándolos en un grave peligro.

 

En la década de los noventas, no más de una veintena de “paracaidistas” se instalaron en terrenos federales frente al Canal del Zapote y llamaron a esta zona “Mano con mano”, la frase del gobierno que en aquel entonces encabezaba Manuel Cavazos Lerma.

 

Luego de varias administraciones estatales y municipales, y de varios intentos incluso de políticos (el último fue Fernando Azcárraga) por regularizar estos predios, finalmente hace un par de años el gobierno estatal decidió no regularizar los terrenos y reubicar a las familias al municipio de Altamira, para lo cual les ofrecieron terrenos a precios muy bajos y con todas las facilidades de pago.

 

El hecho de que ahora el dirigente del Frente “Francisco Villa”, Ausencio Eng Miranda se cuelgue la medalla de la reubicación de un millar de familias, es contradictorio con la manifestación que el año pasado encabezó en el Congreso del Estado en donde exigía la regularización de dichos predios.

 

Los invasores de terreno quebrantan la ley y ponen en riesgo la estabilidad social al convertirse después en “víctimas”, pero tampoco merecen la complacencia de las autoridades que les dan en bandeja de plata lo que por derecho no les corresponde.

 

Que fácil sería que todo aquel que quiera un terreno a precio económico con grandes facilidades de pagos y todos los servicios públicos al alcance de la mano simplemente se fuera a invadir un predio, ya el gobierno mostró el camino… ¡imagínese!

 

mario.gamez@milenio.com

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