Blogia
¡Imagínese!

Cuento chino

Mario Alberto Gámez

 

“El mayor crimen está ahora, no en los que matan,

 sino en los que no matan pero dejan matar”

José Ortega y Gasset, filósofo español

 

Con motivo de los acuerdos nacionales de seguridad pública, tuve la oportunidad de entrevistar a varios abogados de prestigio y renombrados juristas, todos con opiniones muy diversas sobre el clima de inseguridad en nuestra región, nuestro estado y nuestro país, pero coincidentes en dos puntos: penas más severas no inhiben el delito y la rehabilitación social…es un cuento chino.

 

Escuché de todo, desde que así como las corporaciones policíacas y de seguridad nacional tienen su red de inteligencia, así también el crimen organizado tiene una red de espionaje basada en todo tipo de gente, desde los limpia-parabrisas de cada esquina hasta prostitutas y prácticamente cualquier corporación de seguridad o emergencia que porte un uniforme.

 

Este universo paralelo cuyas dimensiones son tan inimaginables para las autoridades como quizá para los mismos que controlan este poderío, contempla perfectamente la operatividad en los Centros de Readaptación Social en el país. Tan es así, que no he escuchado a ninguna autoridad que se atreva a negar los autogobiernos al interior de los penales en donde pasan cosas como lo ocurrido en Reynosa en donde por igual se pueden fugar 17 reos (con todo y los custodios que los ayudaron) o se pueden introducir armas de fuego para armar un enfrentamiento como el de ayer que costó la vida a 21 internos.

 

Tan mal están estas prisiones que ahí se permite la convivencia de los internos con niños, como los que estaban en el interior del Penal de Reynosa cuando ocurrieron estos hechos.

 

Así como los más connotados del derecho perciben que es necesario cambiar la base de educación y valores para prevenir el delito y evitar así las penas severas como la prisión perpetua y la pena de muerte, así deberían proponerse soluciones para hacer de los penales verdaderos Centros de Rehabilitación Social y no que vemos todos los días que ocurre en estos presidios…¡imagínese!

 

mario.gamez@milenio.com

0 comentarios