Gritos de dolores
“No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños”
Marco Tulio Cicerón, escritor romano
Mario Alberto Gámez
Los programas educativos deberían tener en cuenta la importancia de no mitificar a los héroes nacionales, al grado casi de santificarlos.
Aquellos héroes de bronce de los que hablan muchos autores no son otra cosa que seres humanos comunes y corrientes, que arriesgaron todo por una causa y finalmente lo consiguieron, mientras que otros lo intentaron, hicieron grandes cosas por su país, pero al final terminaron como grandes villanos cuando no lo fueron tanto.
Me impactó que durante la transmisión del programa de CAMBIOS de Multimedios Televisión el domingo por la noche, un sondeo de opinión entre la ciudadanía arrojó como resultado que Homero Simpson es más conocido que Josefa Ortiz de Domínguez.
Claro que la comparación resulta odiosa y hasta tramposa, pues por un lado el personaje de ficción está todos los días en las televisiones de millones de mexicanos y la Corregidora de Querétaro se quedó sólo en algunas estampitas monográficas que aún venden en las papelerías y en los libros de quienes han retomado su gran historia.
Es por ello que las fiestas patrias y todo el orgullo de ser mexicanos que nos nace aquí y en China, debiera impulsarnos más hacia la lectura, a conocer más a nuestros héroes y a entender mejor nuestra historia para conocer hacia dónde vamos como país.
En estos días ha pasado casi inadvertida la celebración de la Victoria de Tampico que ya ha hecho d ésta, una ciudad heroica, uno de los capítulos más importantes de la independencia nacional, que empero se ha visto mermado porque también fue una victoria para Victoriano Huerta.
La educación debe encontrar fórmulas que no caigan en el tedio, en el aburrimiento de quienes hoy en día, van a la velocidad de la Internet y la tecnología, y que en lo que menos piensan es en conocer el contexto histórico de nuestro país, antes de abrir el pecho para gritar…¡Viva México!
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