Espejismo
“El miedo es natural en el valiente
y el vencerlo es lo valiente”
Alonso de Ercilla y Zúñiga,
escritor español
Mario Alberto Gámez
En Tamaulipas en lo que va del 2008 se han denunciado sólo ocho secuestros, a decir del procurador José Guadalupe Herrera Bustamante, quien afirma que la mayoría de ellos ocurren en la frontera de nuestro estado.
No podría haber un espejismo más grande que este indicador, que hace que nuestro estado se ubique fuera de los focos rojos nacionales del delito de la privación ilegal de la libertad, la extorsión y el chantaje.
Para todos quienes vivimos en esta zona sur de Tamaulipas nos queda claro que la situación de los secuestros es un gravísimo problema que se queda en las historias subrepticias de la ciudad, que se saben, se comentan, se platican en las mesas de café y hasta se susurran con el temor de que “alguien” pueda escuchar.
Los secuestros por parte del crimen organizado han provocado un temor muy válido entre los más adinerados, que han tenido que reforzar sus medidas de seguridad personal de ellos y de sus familias.
Pero esconderse debajo de la cama no es ni por mucho la solución al problema. No hay denuncias presentadas ante la autoridad competente, el pretexto perfecto para que las autoridades no actúen, porque no están “enteradas”.
La presidenta de México Unido contra la Delincuencia, María Elena Morera, es la única que hasta el momento ha puesto el dedo en la llaga; “estamos viviendo un repunte en el problema de los secuestros, es urgente un compromiso de Estado; ya sabían que al atacar al narcotráfico de frente y quitarle el dinero líquido los delincuentes se iban a dedicar a otra cosa, hoy los narcotraficantes se dedican a secuestrar, a cobrar derecho de piso en muchos estados y a la extorsión, y las autoridades no hicieron nada para prevenirlo”.
Palabras así, no se pueden ignorar, no se pueden perder en el vacío de la demagogia ni deben diluirse entre los rumores y secretos a voces que en Tampico, y en el resto del país mantienen un velo de miedo sobre la población en general. Si la cadena perpetua para los perpetradores de este delito es o no la solución, para muchos, ya llega muy tarde esta discusión, pero al menos llegó…¡imagínese!
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