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¡Imagínese!

¿Salvar a Tampico?

Mario Alberto Gámez

“Todo necio confunde valor y precio”

Antonio Machado, poeta español

Cinco metros de agua había en las calles de Tampico en septiembre de 1955, cuando el ciclón Hilda azotó directamente a esta ciudad. Casi todos los tampiqueños que vivieron aquella época tienen una historia que contar y en su álbum familiar las fotografías de los helicópteros de la armada norteamericana sobrevolando la zona de desastre.

Mi padre me contaba que un edificio de la calle Carranza en la zona centro, en donde una tía suya tenía un pequeño departamento en un tercer piso, dio refugio a toda su familia: mis abuelos y sus diez hijos.

En muy pocos días tuve la oportunidad de asomarme a lo que tienen en la cabeza nuestras autoridades respecto a la protección de la zona conurbada del sur de Tamaulipas ante un fenómeno hidrometeorológico…y quedé decepcionado.

Conocí a fondo los proyectos de los municipios y del estado para evitar una catástrofe natural; los proyectos hidráulicos, que son básicamente dos; el de drenaje pluvial y el proyecto Tamesí.

En cuanto al proyecto de drenaje pluvial en el que ya se aplican 122 millones de pesos de los 600 necesarios para terminar las obras que eviten que cualquier lluvia convierta a la zona en una alberca, éste avanza bien, rápido y sin complicaciones aparentes.

Incluso en esto ayuda mucho que haya alcaldes previsores, como el caso de Sergio Posadas en Madero, que desde el inicio del año vine abriendo canales y dragando lagunas, obras que no se ven, pero que evitaron una gran tragedia en este municipio, que es donde más hay problemas por el relleno de lagunas.

Sin embargo en el tema del Proyecto Tamesí, estuve en el hangar de la Marina, cuando el presidente Felipe Calderón dio un portazo en las narices al proyecto ya aprobado por la Comisión Nacional del Agua, al condicionarlo a que se hagan las reformas estructurales que el país requiere; en otras palabras…no hay lana.

Claro que hablar de un proyecto que cuesta cinco mil millones de pesos, para salvar la vida de sólo un millón de habitantes, podría ser un costo “muy elevado”, como lo dijo el propio Calderón; pero el presidente quizá debería ponderar el hecho de que ya en 1955 el huracán Hilda devastó a Tampico y cobró seis mil vidas; eso fue hace 53 años; una tragedia igual, en nuestros días sería toda una catástrofe…una “muy elevada” catástrofe…¡imagínese!

 

mario.gamez@milenio.com

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