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¡Imagínese!

Cazador cazado

Mario Alberto Gámez 

“Un país, una civilización

se puede juzgar por la forma

en que trata a sus animales”

Mahatma Gandhi

Para un abogado experto en derecho urbanístico no es legal la construcción de un centro comercial en la única reserva boscosa que le queda al municipio. La plancha de concreto simple y sencillamente acabaría con la vida silvestre que ahí se ha desarrollado con los años, por lo que el Plan de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de Tampico no permite el desarrollo comercial ni habitacional.Este plan tendría el carácter de Ley y estaría por encima del Plan de Ordenamiento de la Laguna del Carpintero que sí lo contempla.

Quienes se oponen abiertamente a la construcción de un centro comercial en el Megaproyecto de la Laguna del Carpintero, argumentan razones ecológicas.Razones que nos hacen recordar que hace ya casi tres años, el 12 de septiembre del 2003 para ser exactos, estuvo en Tampico el ambientalista Steve Irving, mejor conocido en todo el mundo como “El Cazador de Cocodrilos”, aunque más bien su interés era el de preservar esta especie, no cazarla.

Ese día presencié junto a otros compañeros de MILENIO Diario de Tampico, la complicada y peligrosa maniobra que el ecologista australiano realizó en las márgenes de la Laguna del Carpintero. Irving y su equipo dominaron a un enorme lagarto de más de tres metros de largo para estudiarlo, y liberarlo minutos después.Steve Irwin, que logró fama mundial en la televisión como El Cazacocodrilos, murió el pasado lunes cuando la púa en la cola de una mantarraya le atravesó el corazón mientras filmaba una secuencia para la serie Great barrier reef, que conduciría su hija Bindi Sue, de ocho años, en la costa norte de Australia.

No hay en Tampico registro alguno de algún ataque de las decenas de cocodrilos que viven en la Laguna del Carpintero, experiencia que nos platicó Irwin al destacar que se trataba de una rara especie por ser tan pacífica.El Cazacocodrilos no volverá a la Laguna del Carpintero ni a ningún otro lado, aunque quizás, tampoco volvería a sabiendas de que no haya más cocodrilos que admirar en esos terrenos. ¡Imagínese! 

mario.gamez@diariodetampico.com

www.mariogamez.blogia.com

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