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¡Imagínese!

Náufragos

Mario Alberto Gámez 

Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres,

tampoco podrá salvar a sus pocos ricosJohn Fitzgerald Kennedy

Ex Presidente de EUA

Por necesidad, cinco pescadores partieron de Nayarit para subsistir con la pesca de tiburón. Pero el mar los lanzó a una increíble odisea de más de nueve meses, que cobró la vida de dos de ellos y lanzó a los otros tres moribundos a las costas de las Islas Marshall, al norte de Australia donde fueron rescatados por un pesquero tailandés. Todavía no terminamos de asombrarnos con esta historia, cuando conocimos otra similar.

Por necesidad, diez balseros cubanos se hicieron a la mar, para tratar de alcanzar con su frágil embarcación las costas de los Estados Unidos de Norteamérica...y la libertad.

 

Sí, eran diez originalmente, pero al partir, dos hombres más alcanzaron la embarcación para tratar de llegar al “sueño americano”. Pero la pequeña lancha de madera no logró el objetivo y llevó a los isleños a un viaje sin rumbo. Después de 29 días a la deriva, llegaron a las costas de Soto La Marina, Tamaulipas, en donde fueron rescatados por una embarcación de la Armada de México.

 

Desafortunadamente, presos de la desesperación dos de los balseros enfermos de inanición bebieron abundante agua sin precaución alguna y ello les provocó la muerte. Uno más, permanece internado, grave de salud y ya hay nueve en camino de ser deportados a su patria.

 

A los náufragos mexicanos les falló su gobierno, que no supo darles un buen empleo y desarrollo en sus pobres comunidades.

 

A los balseros cubanos los sacó de su país una dictadura de casi medio siglo, el bloqueo, la depresión.

 

A ninguno de los sobrevivientes, ni mexicanos, ni cubanos les espera un mejor futuro del que tenían en el mar sin agua ni alimentos.

 

Los sobrevivientes mexicanos volverán, después de sus quince minutos de fama a su humilde actividad, para llevar el pan a su mesa. Los sobrevivientes cubanos, seguramente irán a la cárcel y después...quien sabe.

 La necesidad los llevó al mar y éste los regresó a su realidad de pobreza y marginación. ¡Imagínese!

mario.gamez@diariodetampico.com

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