De chaqueteros y chapulines
7 de Mayo de 2006
Mario Alberto Gámez
En tiempos políticos se identifican de inmediato. Los “chaqueteros” (por aquello de cambiar de chaqueta) o chapulines (que brincan de un lado a otro sin ton ni son), resultan ser complejos personajes sin ideología, credo o filosofía bien definida, que optan por abanderar otras causas sólo para beneficio propio.Sedicentes políticos que no enarbolan la corriente de pensamiento del partido en el que militan y que sólo se aprovechan de sus siglas y presencia para lanzarse, habitualmente por un cargo público.
Las campañas que nos ocupan, en donde en Tamaulipas sólo elegiremos (localmente, claro) a los diputados federales y senadores, no hay cuotas de poder. No hay “huesos” o chambas en la nómina de algún gobierno que ofrecer a la estructura de cada partido a cambio de la promoción del voto.Tampoco hay dinero a manos llenas, ni respaldos de poderosos empresarios a quienes ya se les “pasó la charola” para el bien de la causa.Hay a cambio grandes cantidades que se invierten en campañas que pesan más por su penetración nacional, que regional o local; por lo que generalmente quienes ganan, lo hacen por arrastre del partido y su candidato a la presidencia de la república, como el “Efecto Fox” del sexenio pasado.Apenas ayer entrevisté a Salvador Mojarro, candidato de la Alianza por el Bien de Todos a la diputación local por el 08 distrito de Tampico.
Justo al cuestionarle sobre su repentino cambio del PRI al PRD, su respuesta vino en función de su labor como dirigente sindical.Explicó que su líder nacional, Roberto Vega Galina, pactó con Roberto Madrazo pintado para que la fracción del PRI en el Congreso apoyara a los sindicalistas del IMSS en las reformas que pretendían evitar a la Ley del Seguro Social.¡Imagínese!, llamó “traidor” a Madrazo por no respaldarlos y como el PRD sí los apoyo, por ello se fueron todos al partido del Peje...¿quién es el traidor?
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