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¡Imagínese!

Torpeza judicial

30 de Abril de 2006

Mario Alberto Gámez

El caso del incendio y explosión en la Zapatería “B Hermanos” que cobró una vida humana ha permitido ver lo grave que resulta la torpeza de nuestro aparato judicial.
¿Qué se necesita para que “el largo brazo de la Ley” alcance a los responsables de esta tragedia?
Ya hubo un peritaje especializado por parte de expertos de la Procuraduría de Justicia en el Estado, el cual demoraron más de una semana en tenerlo, aunque con resultados muy concretos: fue un incendio provocado con gasolina y acetona en el interior del local.
Un incendio al que sobrevino una fatal explosión, estimulada por el acumulamiento de gases en el interior del local, en el que según la empresa, había al menos 18 mil pares de zapatos, cajas, madera, plástico y papel, que se consumieron en cuestión de minutos.
Aquella noche del domingo 16 de abril, salieron volando por los aires dos jóvenes amigas que para su mala fortuna caminaban afuera de la zapatería en el momento del estallido: Rufina Manuel Hernández de sólo 21 años sólo sobrevivió unas horas y su amiga Reyna Cruz Zúñiga de 24 años, perdería la visión de un ojo y la audición de un oído.
Pero no fue hasta diez días después de la explosión, cuando el Ministerio Público Edson Luna de la Barrera llamó a declarar al gerente, subgerente y doce empleados de la tienda, ya como presuntos responsables de un delito que inició como daño en propiedad ajena...y terminó en homicidio.
Según ha trascendido, ninguno de los empleados habría estado cerca del local a la hora de cierre, excepto el gerente, Lázaro Julio Ramírez Cancino que fue el último en salir del local antes de los hechos. ¿Que dice Ramírez Cancino de estos hechos?...¡nada!...hasta el momento el ahora indiciado se ha negado a declarar ante la autoridad que lo reclama y que por la misma naturaleza de la Ley, se permite que esta persona pueda tranquilamente huir, esconderse o de plano simplemente no comparecer hasta después de la tercera llamada...ya van dos.
Aquí es donde la justicia falla. Es el momento en que las autoridades deberían hacer valer su condición como tal y llevar ante la justicia a quien tranquilamente puede cobrar una vida humana y burlarse impunemente.
Pero, ¿de qué extrañarnos?, si nuestra autoridad judicial ha tardado más de seis años en capturar (si es que alguna vez trataron de hacerlo) al homicida de Liliana Mascorro, Herbert Daniel Vega. ¿De qué nos extrañamos?...así es la justicia en Tamaulipas. ¡Imagínese!

mario.gamez@diariodetampico.com

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