Doce tamaulipecos

"Los hombres del régimen que no creen en los valores del espíritu, que sólo cuentan con fuerzas materiales, están desarmados y de antemano vencidos por quienes no hacen sino afirmar esos valores"

Manuel Gómez Morín, Fundador del PAN

 

No lo parece, pero el Partido Acción Nacional está ante una de la principales coyunturas en su historia como institución política en México, al acercarse su proceso de elección interna, lo que para muchos es más bien una reconstrucción desde sus raíces, ante un evidente bache del que no ha podido salir; pero en el proceso hay sólo una docena de tamaulipecos que estarán en primera fila.

Se trata de los Consejeros Nacionales que tendrán voz y voto en la asamblea nacional del próximo 4 de diciembre, en el que se elegirá a sólo un presidente nacional de cinco aspirantes que ya se han registrado. Y son sólo doce de 381 consejeros, los que representarán a Tamaulipas, lo que de alguna manera habla del tamaño de ese partido en nuestra entidad.

Y una cosa es que sean once y hay que ver quiénes son esos once; Francisco Javier Garza de Coss, el actual presidente estatal del partido, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, recién nombrado titular nacional de la Comisión Reguladora de la Tierra, Luis Alonso García Mejía, el ex diputados federal, Maki Esther Ortiz Domínguez, quien ostenta un cargo importante en la Secretaría de Salud federal, Norma Leticia Salazar Vázquez, la ex diputada federal, Ramón Antonio Sampayo, el ex alcalde de Matamoros

César Guerra Montalvo, el coordinador estatal del programa Oportunidades de la Sedesol, Angel Sierra Ramírez, ex dirigente estatal, Leonor Sarre Navarro, la diputada local, Francisco Shouldes Dávila, el delegado estatal de la Conagua, así como Rodolfo Sánchez Dávila y Arturo Soto Alemán de Acción Juvenil.

No parece un grupo muy representativo ni de Tamaulipas ni mucho menos del panismo estatal, en donde hay ausencias muy evidentes y algunos consejeros que francamente no parecen ser la mejor opción.

Y la planilla de nombres e intereses que tendrán enfrente, parece también toda una encrucijada, si es que realmente el panismo quiere reinventarse, o un paso muy sencillo de "línea", si es que (como lo han hecho hasta ahora) seguirán copiando las malas mañas prehistóricas del PRI. Veamos a los cinco candidatos.

El senador Gustavo Madero es un chihuahuense que botó la coordinación de su partido en la cámara alta, para ir tras la silla que dejará César Navalú, lo que por cierto no tiene muy contentos a algunos panistas del país; pero cuenta con el respaldo nada más y nada menos de uno de los próceres del panismo nacional, el también chihuahuense don Luis H. Álvarez, (quien a sus 92 años de edad irá hoy al Senado a recibir la Medalla Belisario Domínguez por su trayectoria política).

El segundo el la lista de suspirantes es el "destapador" de Felipe Calderón, el jaliciense Francisco Ramírez Acuña, quien fue el primer Secretario de Gobernación del calderonismo. La tercera en la lista es un poco más descartable de inicio, pues si algo tiene Cecilia Romero, es una pesada carga literalmente, al ser parte de el famoso "yunke", el ala más derechista y persignada de Acción Nacional, además de haber salido muy raspada por el asunto de los migrantes, poco antes de su renuncia como titular del Instituto Nacional de Migración.

La cuarta contendiente es la senadora chilanga avecindada en Nuevo León Blanca Judith Díaz García, quien representa a los poderosos intereses de la sultana del norte y tiene como principal asesor a Fernando Elizondo y quizás el quinto en discordia se pueda convertir en el "caballo negro"; Roberto Gil, diputado federal y ex subsecretario de Gobernación, de quien se dice es probablemente el as bajo la manga de Felipe Calderón. Manuel Claouthier junior hubiera sido el sexto, pero éste denunció que fue bloqueado por César Nava. ¿Por quién votarán los doce tamaulipecos?

Tras dos presidencias de la república en su haber, el PAN requiere saber si seguirá copiando al PRI en sus malos hábitos (incluyendo a las alianzas) o regresa a sus orígenes llenos de valores e idealismo político en pro de la gente; la misma gente a la que no han sabido gobernar en la última década.

 

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