Eugenio y Egidio en Chihuahua
"Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder"
Montesquieu, Escritor y político francés
"El poder es para poder, y no para no poder"...así lo dijo César Horacio Duarte Jáquez, luego de asumir ayer la gubernatura del estado de Chihuahua con dos retos muy claros; bajar los índices delictivos y reducir la pobreza extrema que aún sufre el estado.
Para el primer punto Duarte se dijo dispuesto a continuar la batalla que ha iniciado Felipe Calderón y le mandó decir con el secretario de la Reforma Agraria, Abelardo Escobar, a quien envió en su representación que tiene un aliado en el nuevo mandatario chihuahuense. Y de paso dijo que promoverá la cadena perpetua para secuestradores, además de darse un plazo para establecer una policía con mando único, con lo que seguirá los pasos del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz. Para el segundo punto, el nuevo mandatario dijo que será indispensable la colaboración de todos para atacar a la pobreza que ataca principalmente a las comunidades rurales y a los indígenas rarámuris de las diferentes tribus que habitan en la Sierra Tarahumara.
Por cierto que ya sin brillo, muy pocos se acordaron del ahora ex gobernador, José Reyes Baeza terrazas, quien asumirá a partir de enero una cartera en el PRI nacional, pero entretanto se toma ya desde hoy unas vacaciones en Miami, Florida, en los Estados Unidos, con todo y su familia, para sacarse el stress.
La comidilla en el acto fue la decisión del nuevo mandatario en designar como Procurador del estado a Carlos Manuel Salas, a quien le persiguen las sombras del famoso "quinazo" del 11 de enero de 1989, en donde aplicó las órdenes de Carlos Salinas de Gortari para detener a Joaquín Hernández Galicia "La Quina", en donde también participaron otros abogados tamaulipecos, como Roberto García Aguirre y el hoy diputado local José Guadalupe González Galván.
Por cierto que en el acto estuvieron, además de la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel y la clase priísta, los gobernadores electo y constitucional de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores y Egidio Torre Cantú, respectivamente.
Por cierto que juntos, Eugenio y Egidio dejaron muy animados a los 43 representantes del Frente Juvenil Revolucionario con quienes se reunieron al lado de su dirigente estatal, Miguel Cavazos Guerrero, hijo del ex gobernador Manuel Cavazos Lerma.
Un poco antes de esto, el gobernador electo de Tamaulipas se reunió con Juan José Suárez Copel, el director nacional de Petróleos mexicanos, en donde se dice que se tocaron temas como la Cuenca de Burgos, los proyectos conjuntos que aún están pendientes (entre los que no pudo faltar la planta de tratamiento de aguas residuales que construye Pemex en Madero), así como los apoyos que la paraestatal brinda en dindero y en especia a los diferentes niveles de gobierno, a fin de procurar el desarrollo de la entidad.
Juntos también, Eugenio y Egidio se reunirán el próximo día 13 en el Palacio legislativo de San Lázaro con los diputados de Tamaulipas que coordina Baltasar Hinojosa Ochoa, a fin de buscar que se elabore el presupuesto más alto en la historia de Tamaulipas en el próximo análisis. Este tema en particular reviste de muchísima importancia para los proyectos con los que arrancará la próxima administración estatal, pues de la falta de recursos es de lo que principalmente adolece una nueva administración y en el "reacomodo" de las diferentes carteras y la estructura gubernamental se pueden llevar varios meses.
Es por ello que el hecho de que el gobernador electo reciba la experiencia y el respaldo de Eugenio Hernández en la construcción de cómo quedarán finalmente los recursos del estado para la próxima administración es de una gran relevancia, para lo demás, Egidio bien puede utilizar la frase de Duarte sobre el uso del poder.
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