Bajo perfil
"A la proporción, semejanza, unión e identidad del infinito no te acercas más siendo hombre que siendo hormiga"
Giordano Bruno, Filósofo y matemático italiano
Mientras las redes sociales están atiborradas de comentarios sobre la situación de la inseguridad en el estado, son pocos, muy pocos políticos los que se atreven a tomar el toro por los cuernos y por lo menos hacerle creer a la gente que sí están preocupados y ocupados por lo que está pasando en Tamaulipas.
La participación del gobernador Eugenio Hernández Flores dentro de los diálogos por la seguridad convocados por el presidente Felipe Calderón en el Campo Marte de la Secretaría de la defensa Nacional, es una de las muy pocas intervenciones visibles de un problema que merece toda, absolutamente toda la atención de los políticos que aún se están preocupando por asuntos menores y debates estériles.
Los diferentes puntos que propuso el mandatario estatal sobre el combate a la criminalidad son el resultado de amargas experiencias que poco a poco han mermado en la confianza de la gente en sus autoridades, en sus políticos, ni que decir de sus policías o de su sistema judicial.
Lo dijo Eugenio y me parece lo más sensato; continuar a cabalidad los Acuerdos Nacionales de Seguridad Pública que se suponía que tenían tiempos específicos y poco a poco se han venido abajo; trabajar en la depuración policial, un renglón que difícilmente se puede dejar para después, cuando el retraso que tenemos es ancestral; la Unificación del mando de la policía estatal, en lo que no muchos están de acuerdo; pero que podría dar no sólo a Tamaulipas, sino al país entero una lucha más pareja en estos momentos; la reubicación de los presos federales a cárceles de máxima seguridad y federales, para que no ocurra lo mismo que en Coahuila o los múltiples incidentes que han ocurrido en el estado; además de sellar la frontera al tráfico ilegal de armas desde los Estados Unidos, un asunto que pareciera fácil, pero que tiene muchísimas complicaciones.
La falta de credibilidad de los tamaulipecos en sus instituciones es muy válida ante el tamaño del problema que se enfrente, pero no se vale que Eugenio Hernández Flores sea el único que se envuelva en la bandera de las propuestas y de las exigencias para enfrentar el problema, mientras el resto de la clase política parece debatirse entre la vida y la muerte por la disputa ante el Tribunal Electoral de un municipio, de una curul en el Congreso o hasta de una regiduría.
¿En dónde están los senadores, diputados federales, legisladores locales y demás autoridades que cuando se trata de atacarse entre sí sobran las ideas; pero en este momento que debiera ser de unidad, están tan o más escondidos que la gente que aún tiene algún poder económico en el estado y que son víctimas constantes de la incapacidad de quien inició esta confrontación.
¿O acaso usted ha visto a los líderes de los partidos políticos de Tamaulipas reuniéndose para aportar, para ofrecer soluciones?, ¿para darle al gobernador o al Presidente Calderón más ideas para disminuir la intensidad del problema?... seguramente no, pero eso sus ojos no lo verán, al menos no en el corto plazo en donde el miedo es lo único que impera y la factibilidad de que hablen los que se supone que deberían ser a voz del pueblo es cada vez más baja.
Quizás los líderes de los diferentes partidos políticos, los representantes de las asociaciones no gubernamentales, los especialistas en la materia, llámense abogados o criminalistas que conocen a fondo esta problemática, pudieran seguir aportando, tal y como lo hicieron los priístas, cuando el doctor Rodolfo Torre Cantú, los llamó a sus foros de expresión en campaña.
No es momento de bajar el perfil, sino de sacar la inteligencia, la experiencia y la capacidad de quienes pueden y saben hacerlo, para darle al estado su mejor esfuerzo, en beneficio de la tranquilidad de todos.
mariogamez@live.com.mx
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