Destape listo

"La modestia no es otra cosa que el orgullo vestido de máscara"

Mariano José de Larra, escritor español

Ya la decisión está tomada y los candidatos del PRI por lo menos para las tres alcaldías del sur de Tamaulipas están listos para su destape que será seguramente hasta que entre el 2010. Es casi un hecho que mientras tanto, quizá ni siquiera algunos de esos candidatos sepan que ya tienen la candidatura en la bolsa y seguirán guardando las formas y la línea de su partido para esperar el momento del destape. Y en mi opinión, quienes tienen realmente posibilidades de llegar a la alcaldía de Tampico son el gerente de la Comapa de la zona conurbada, Jorge Manzur Nieto, el empresario Gabriel Legorreta Stephen, propietario de la concesionaria "Auto Ideal", y el jefe de la oficina fiscal del estado en Tampico, Gustavo Torres Salinas.

Y es que a pesar de haber pasado ya por dos malas experiencias en campañas con el PRI, Jorge Manzur es amigo leal y muy cercano al gobernador Eugenio Hernández Flores y un cuadro siempre disponible del partido, que sabe hacer campaña y acarrear votos para el tricolor, que conoce la estructura, las colonias y lo más importante: la gente lo conoce a él y lo tiene en buena estima. A pesar de que Manzur se ha descartado ya él mismo de buscar la candidatura y no ha hecho por ella, no puede dejarse fuera tan fácilmente ante las condiciones de competencia que ofrecerá el Partido Acción Nacional en Tampico, cuya dirigente local Hilda Gómez (que también busca ser alcaldesa) y los regidores de este partido harán la vida de cuadritos al alcalde Oscar Pérez Inguanzo a fin de jalar agua para su molino y que el panismo vuelva a despertar en jaibolandia.

El caso del empresario automotriz Gabriel Legorreta Stephen es único; prácticamente cada tres años se le menciona como uno de los posibles aspirantes del PRI a la alcaldía de Tampico (junto con otros personajes como Roberto González Barba o Fernando Barrera), ¿que es diferente este año?, varios factores; primero, su evidente cercanía afectiva y de negocios con el gobernador del estado, con quien comparte mucho más que sólo negocios y relaciones institucionales, sino una amistad que trasciende la época de Eugenio Hernández como político activo. Legorreta también es parte de una generación de acaudalados empresarios que no van a la búsqueda del poder por el dinero, sino por el reconocimiento y por el ánimo de trascender, lo que en este momento resulta oro molido para los priistas.

Y el tercero, pero no menos importante es Gustavo Torres Salinas, empresario, ganadero, dirigente de la Cámara de Comercio, funcionario público en varios cargos del municipio, en los trienios de Pepe Rábago y Fernando Azcárraga López. Gustavo fue además en el pasado inmediato secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, el sector popular del PRI en Tamaulipas, ni más ni menos. Por méritos no ha quedado y al actual jefe de la oficina fiscal difícilmente se le puede descartar. En otra entrega hablaré de las posibilidades de los maderenses y altamirenses que también tienen una historia que contar.

 

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