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¡Imagínese!

Fiesta de disfraces

“Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van”
José Ingenieros, psicólogo argentino
Él ya lo sabe. Quien se convertirá a la vuelta de unos meses en el próximo gobernador de Tamaulipas sabe ya muy bien que lo será, pero guarda silencio ya que sólo él y dos o tres más cuando mucho, también lo saben, pero no pueden hablar ni con su sombra al respecto.
Todavía es el tiempo de Eugenio Hernández Flores, es su último estirón, prácticamente su fiesta de despedida y aunque todavía falta un año para que entregue el poder, el gobernador ya ha tomado una decisión, que seguramente sólo conocen un puñado de sus más cercanos y que será más que evidente este día, durante la fiesta de su V Informe de gobierno estatal.
Eugenio podrá hacer a sus anchas el corte de caja de su administración, enviando a los tamaulipecos un claro mensaje de que, a pesar de las malas condiciones económicas, a Tamaulipas no le fue tan mal y lo constataremos con los números.
Eugenio podrá pavonearse hoy al mediodía en el Centro de Convenciones que dejará para la posteridad en la ciudad que gobernó antes de lanzarse por la gran aventura…ahí en el corazón de Tamaulipas.
“El bueno” que con traje reluciente y sonrisa de oreja a oreja sabe muy bien que “del plato a la boca se cae la sopa”, estará disfrazado de humildad y tratará de reafirmar su completa lealtad al gobernador, al igual que ese puñado de los que ya lo saben y que esperan el milagro de que se caiga la sopa, pero que se disfrazan de hipocresía, todo por la causa, todo para tener una aterciopelada transición.
Habrá sin duda una gran cantidad de “disfrazados”, de todos los colores olores y sabores que al cabo de un ratito, se quitarán la máscara y se meterán de lleno a la rebatinga por las más de 300 candidaturas que estarán en juego en el 2010, pero hoy simplemente serán parte de la fiesta de Eugenio y sólo eso.

Nota fúnebre
La nota triste del día la dio “doña Socorrito”, como los viejos vecinos de la colonia Petrolera conocían a María del Socorro Vicente, la madre de Rafael Sebastián Guillén Vicente, a quien el gobierno federal en la administración de Ernesto Zedillo identificara como el “subcomandante Marcos”, y de Mercedes del Carmen Guillén Vicente, la recién electa diputada federal plurinominal por el Partido Revolucionario Institucional.
Doña Socorrito a quien conocí en alguna ocasión tratando de entrevistarla cuando la prensa del todo el mundo buscaba obtener la nota de la familia del líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, fue una mujer hogareña e íntegra, que jamás permitió que nadie, absolutamente nadie se metiera en la intimidad de su familia. Desde aquí nuestras condolencias para la legisladora por este lamentable suceso. Descanse en paz.


mariogamez@live.com.mx

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