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¡Imagínese!

Techumbre educativa

Mario Alberto Gámez

 

 

 

“Quizá la obra educativa que más urge

 en el mundo sea la de convencer a los pueblos

de que su mayores enemigos son los hombres

 que les prometen imposibles”

 

Ramiro de Maeztu, escritor español

 

 

 

 

A sólo trece kilómetros de donde se construye un moderno centro de convenciones de un valor superior a los 400 millones de pesos, hay un millar de estudiantes de primarias y secundarias que estudian bajo techos de madera en Altamira.

 

 

 

Sólo un par de cuadras separan esta obra que será inaugurada por el gobierno del estado en unas semanas más, de varias escuelas de Tampico que se caen, literalmente a pedazos. La semana pasada una cornisa en una escuela primaria estuvo a punto de causar una verdadera tragedia en un evento donde había cientos de niños y padres de familia en Madero.

 

 

 

Apenas el viernes, 400 niños de la primaria “Lázaro Cárdenas”, de la colonia Emilio Portes Gil protestaron de una manera sui géneris, al tomar clases fuera de sus salones para exigir a las autoridades mayor seguridad, ya que los materiales con los que estudiaban fueron robados.

 

 

 

Casi al mismo tiempo que los maestros celebraban su día (algunos tomándose el puente) la Comisión Estatal de Derechos Humanos informaba que hay al menos una queja por mes, por los abusos de mentores con sus alumnos, casos de violencia, claro está.

 

 

 

Hace unos días la Comisión Estatal contra Riesgos Sanitarios informó que hay varias escuelas de la zona sur de Tamaulipas que tienen serias observaciones de insalubridad, principalmente en sus baños pero claro, como los planteles no pueden ser clausurados, sólo pueden esperar que sean las autoridades de los municipios o el estado las que arreglen el problema.

 

 

 

Al ver datos así, el ciudadano no puede entender en dónde están las prioridades del gobierno del estado que prefiere hacer una superestructura para grandes eventos, mientras los niños temen que se les caiga un pedazo de loza (o astillas de madera, según sea el caso) en tanto tratan de aprender su lección del día en su escuela, eso si es que no ha sido visitada por ladrones, que a los alumnos no les den ganas de ir al baño o no les tocó un “maestro” con la filosofía de que la letra con sangre entra…¡imagínese!

mario.gamez@milenio.com

http://mariogamez.blogia.com

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