Humo pernicioso
Mario Alberto Gámez
“Prefiero un vicio tolerante
a una virtud obstinada”
Moliere, escritor Francés
Debo confesar que el tema del tabaquismo me es ajeno, porque jamás he probado un cigarrillo, aunque siempre fui lo que algunos llaman “fumador pasivo”, pues mi madre (como también lo fue mi abuela) es fumadora consuetudinaria.
Sin embargo al tomar el carácter de interés público por la aprobación de la “Ley contra fumadores” (como se le ha denominado a la Ley General para el Control del Tabaco, aprobada por el Senado de la República), el tema merece la atención y la opinión de todos.
De entrada me parece que los argumentos que se esgrimieron para aprobar la ley, tienen el suficiente sustento legal, pero sobretodo de sentido común, (que resulta -claro está- el menos común de los sentidos) aunque no deja de llamar a la conciencia los argumentos de los fumadores en el renglón de la libertad.
Los más pendencieros detractores de la ley y los defensores de la misma, terminan por ahumar aquella trillada frase inscrita en un sinfín de lugares públicos: “Tu libertad de fumar termina donde comienza mi derecho a respirar”; o en otras palabras la adicción al tabaco es del fumador, pero es el único vicio que perjudica a quienes no fumamos.
Aquí en Tampico sólo la mitad de los 750 restaurantes existentes tienen espacios destinados para fumadores en la actualidad, por lo que la entrada en vigor de la nueva ley prevista para mediados de este mes, provocará que los juzgados se llenen de amparos de los establecimientos o que algunos empresarios se apeguen a la legislación y tomen la opción de construir terrazas para que sus clientes puedan fumar.
En el caso de que las autoridades endurezcan la aplicación de esta ley, como ocurre en el Distrito federal, se habla de sanciones que van desde arrestos de 36 horas, y multas de hasta 10 mil días de salario mínimo y 20 mil para los negocios infractores, que podrán además ser denunciados de manera anónima.De ser así, las predicciones para la zona conurbada del sur de Tamaulipas, (según los empresarios restauranteros) van desde ligeras pérdidas, hasta la más pesimista que habla del cierre del 30% de los negocios; principalmente en los que el cigarro es causa común, como bares, discotecas y centros nocturnos.
Los propietarios de negocios llaman a la cordura, pues además se sospecha que esta ley sea pretexto para que prolifere aún más la corrupción; pues quien supervisará a los establecimientos será la policía municipal o inspectores de la Secretaría de Salud, todo por la simple adicción al tabaco... ¡imagínese!
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