Letargo ante la tragedia
Mario Alberto Gámez
“La caridad es humillante porque se ejerce
verticalmente y desde arriba; la solidaridad
es horizontal e implica respeto mutuo”
Eduardo Galeano, escritor uruguayo
La tragedia que viven miles de familias en el estado de Tabasco les parece a muchos ajena y distante, tanto que la ven con frialdad e indiferencia, como si estuviera ocurriendo del otro lado del mundo. Así lo demuestra el aún poco respaldo que hay en el sur de Tamaulipas en los centros de acopio establecidos para brindar ayuda a quienes están en desgracia.
Es momento de unión, de dar cuanto se pueda para apoyar a esta causa que pareciera que más temprano que tarde pudiera ocurrirnos a nosotros. Las recientes inundaciones en la región y desastres como los que ya se han vivido en Tampico con el paso de huracanes, dan cuenta que no estamos exentos de una situación similar o peor a la que se vive en Tabasco.
Aquí en nuestra región, después de la tragedia que vivieron miles de habitantes de las zonas bajas y de municipios vecinos, sobrevino el abandono, el olvido por parte de las autoridades que incluso permitieron que caducaran y se oxidara la ayuda solidaria que se recopiló para estas familias; esto no debe volver a suceder, todos debemos ser vigilantes para que no ocurra de nuevo.
El gobierno de Tamaulipas gestiona un proyecto de grandes proporciones y multimillonario costo, que representa la creación de una presa para el Río Tamesí. Según las autoridades, esta obra tendrá la capacidad de contener un desastre natural de enormes proporciones y permitirá otros beneficios para la región. Pero el proyecto está en eso, en una etapa de estudios y más estudios que puede llevar muchos años llevarlo a los hechos.
¿Se hubiera podido evitar la tragedia en Tabasco por un proyecto similar?...según el gobierno de aquella entidad, si se hubiera trabajado en un proyecto hidráulico para ello, sí. Entonces, ¿qué les falta a nuestras autoridades para trabajar en concretar el proyecto de la presa del Tamesí? ¿poner sus barbas a remojar?...¡imagínese!