Equilibrio
Mario Alberto Gámez
“Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad
que soportar el peso de la tiranía”
Simón Bolívar, Militar y político venezolano
La repartición del poder en Tamaulipas es, y seguirá siendo (al menos por tres años más) desproporcionada.
La discusión de los asuntos públicos debe reflejar a todas las fracciones políticas en representaciones que permitan el diálogo, la tolerancia y los acuerdos en bien del estado. ¿Cómo podría explicarse una democracia sin este equilibrio?.
De la arenga por los grandes temas que interesan a nuestra entidad debería asomarse la solución de estos problemas, aunque en ello vayan las grandes indirectas.
Bastaría recordar aquella anécdota de una opositora al advertir a Winston Churchill: "Si usted fuese mi marido, ya le habría puesto veneno en el café". A lo que el entonces ministro respondió: "Y si yo fuese su marido, me lo bebería con mucho gusto".
La victoria del Partido Revolucionario Institucional marcará la pauta de gobiernos en donde no pasa nada y de un congreso en donde la voluntad de un solo hombre pese por sobre todo Tamaulipas.
El mayoriteo y la aplanadora priista seguirá rigiendo en un sistema en donde la oposición es incipiente, gris, desmoronada o corrupta.
La película ya la vimos y se volverá a repetir: la línea, el dedazo, el chantaje y los acuerdos en lo oscurito seguirán hasta que lo permitamos todos.
Esto sólo cambiará cuando los propios priistas vayan contra sus intereses y a favor de la ciudadanía que los eligió para una curul en el Congreso local o un espacio en un cabildo; o cuando los alcaldes se den cuenta que en sus manos tienen la gran oportunidad de ser quienes abran el juego político de la democracia y permitan un desarrollo de verdad en sus ciudades.
Imagínese que las iniciativas y cuentas públicas no pasen como cuchillo caliente en mantequilla por el Congreso. Imagínese que en los cabildos no se incline la balanza por los intereses (particulares, de grupo o de partidos) sin siquiera tomar la opinión de quien no está de acuerdo. Imagínese que haya consensos y verdaderos beneficios para todos...¡imagínese!