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¡Imagínese!

Alcohol, playa y ambición

Alcohol, playa y ambición

9 de Abril de 2006
 

¡Imagínese!
 

Alcohol, playa y ambición
 

Mario Alberto Gámez

   La frase irrumpió entre la música y el olor a cerveza: “¡Eh!, ¡reporteros!...¡díganle a mi mamá que me puse bien pedo!”...era el grito de un adolescente que no llegaba los quince años, en evidente estado de embriaguez, la tarde del viernes en la playa de Miramar.
   Es apenas uno de los más de cien mil jóvenes que mandaron a volar la escuela en el último día de clases para irse de pinta con una hielera repleta de cualquier cosa que tuviera alcohol y dispuestos a todo.
   El Instituto Tamaulipeco de la Juventud cumplió su promesa: los 50 mil condones se acabaron muy temprano...ni siquiera había anochecido.
   El resultado del playazo no podría sino reducirse a la frialdad de los números: cien mil asistentes ingresaron a Miramar, en donde estuvieron 17 mil automóviles y ojalá todo hubiera quedado ahí, pero la
mezcla indiscriminada de playa, alcohol y juventud no puede dar un buen resultado.
   Las riñas entre los asistentes a Miramar estuvieron a la orden del día y derivaron en 120 detenidos, 20 de ellos consignados y lo que es peor: 124 heridos y una jovencita semiahogada que por poco pierde la vida.
   Por si esto fuera poco, no fueron pocas las denuncias en contra del transporte público, pues los coches de ruta estaban ¡todos en la playa!...pero ninguno trabajaba en sus rutas respectivas, sino que se alquilaban ilegalmente como taxis, cobrando estratosféricas cantidades a quienes traban de salir de la playa...¿y la dirección de transporte público?...¿y los agentes de tránsito?...¿acaso no los vieron?
   Los agentes de tránsito de Ciudad Madero difícilmente los iban a ver, pues estaban muy ocupados haciendo su agosto y “mordiendo” indiscriminadamente a todo automovilista que se dejara. Decenas de lesionados arrojaron los accidentes viales y volcaduras durante la madrugada de ayer a consecuencia de la ingesta indiscriminada de alcohol en Miramar, una playa que ayer lucía su peor cara con un “norte” que ahuyentó a los visitantes, aunque no a las 80 toneladas de basura que dejaron.
   Imagínese una playa en donde pueda disfrutar con su familia de la naturaleza con orden, con limpieza, sin corrupción y sin ambiciosos funcionarios que hagan un jugoso negocio vendiendo alcohol hasta a los niños...¡Imagínese!

mario.gamez@tam.milenio.com